La gran ventaja de este documental es que el protagonista es impagable. No se entiende Telecinco y la telebasura sin Gil y su famoso programa rodado desde su jacuzzi particular (Las noches de tal y tal). No fue ni mucho menos su única aparición en televisión, pero fue uno de sus momentos estelares junto con la famosa subida de escalera en la sede de la Liga de Fútbol Profesional con Caneda y Fidalgo como compañeros de espectáculo.

Gregorio Jesús Gil y Gil nació en Burgo de Osma, Soria, el 12 de marzo de 1933. Como bien indica el título de esta docuserie fue un pionero al inventar de la nada Los Angeles de San Rafael, una localidad de recreo lujoso en la sierra madrileña que fue noticia el 15 de junio de 1969. 58 personas fallecieron en la fiesta de inauguración en un restaurante propiedad del empresario. Aquí empezaba una vida de fama y escándalo, poder y ruina. Jesús Gil y Gil saldría de la cárcel antes de tiempo y en 1987 llegó a la presidencia del Atlético de Madrid prometiendo la llegada de una gran estrella: Paolo Futre, el portugués que acababa de encandilar a todo el mundo tras ganar la Copa de Europa con el Oporto. Por si fuera poco, en 1991 este empresario se presentó a las elecciones de Marbella y arrasó con un partido que lideraba. El G.I.L. (Grupo Independiente Liberal) llegó a otros ayuntamientos de la Costa del Sol e incluso se presentó a elecciones nacionales. Pero la política y el fútbol se pusieron de acuerdo a finales de los 90 para acabar con una nueva carrera de éxitos.

 

El director de El pionero es Enrich Bach, que ya había realizado el documental Un domingo en Brazzaville para TV3 en 2011. Su gran mérito es contar con la participación de los hijos de Jesús Gil y Enrique Cerezo, actuales mandatarios del Atlético de Madrid e imputados en su día en casos de corrupción urbanística en Marbella que también estaban relacionados con las famosas camisetas del equipo rojiblanco. Sus intervenciones son lo más interesante de esta docuserie ya que es la primera vez que hablan con tanto detalle de Jesús Gil y aquellas acusaciones. La claridad con la que hablan de él sin dejar de reconocer los indiscutibles errores en su modo de gestionar el club y la alcaldía es muy valiosa. Sin embargo, la base documental se queda muy corta porque apenas avanza en nuevas direcciones en cuatro capítulos muy superficiales. Aunque el contenido es interesante siempre se tiene la sensación de que se ha desaprovechado un grandísimo personaje que requería más audacia y humor en la edición, y una investigación más a fondo que aclarase los rocambolescos casos de corrupción.

Ni siquiera el doblete del Atlético de Madrid, Liga y Copa en el año 1996, queda reflejado como merece a pesar de que generó imágenes imborrables: la famosa cabalgata con elefantes, el momento en que Jesús Gil, en un estado más que dudoso, acabó empapado en sudor cantando con Azúcar Moreno mientras el Calderón se caía de emoción, etc. Tampoco los personajes de Julián Muñoz e Isabel Pantoja -otros que daban para una temporada completa- aparecen reflejados como merecerían. No era necesario hacer más telebasura sobre ellos (ya hemos tenido toneladas), pero tampoco se puede pasar por encima como si apenas hubiesen tenido relevancia.

Hace unos meses ví la excepcional Yo fui un narco, docuserie de dos capítulos sobre Laureano Oubiña, protagonista del narcotráfico gallego junto con Sito Miñanco y los «Charlines». Después de ver los díez capítulos de Fariña (una producción extraordinaria en todos los aspectos) parecía que quedaba muy poco que decir. Sin embargo Noemí Redondo logró rellenar huecos con una entrevista exhaustiva y fascinante. Es lo que se echa de menos en El pionero; un personaje novedoso que aporte una luz diferente, alguna información que sorprenda sobre un personaje que hizo del populismo un verdadero arte.

Firma: Claudio Sánchez