El cine y la televisión han ido puliendo su estilo para contar historias reales de una de las lacras del mundo actual: la pedofiía. La acusación tiene las medidas justas para reflejar el impacto de la noticia de toda una red de pornografía infantil en una pequeña ciudad alemana en los años 90.

El enfoque recuerda a La caza, una inmensa película de Thomas Vinterberg protagonizada por Mads Mikkelsen. En ambos casos, los creadores deciden contar desde una cierta distancia, mostrando especial interés en los aspectos psicológicos de las víctimas y los acusados. La acusación tiene como protagonista a un abogado con tanto prestigio como tristeza en su mirada. Peter Kurth (Criminal, A la vuelta de la esquina) combina la melancolía de Bogart con la intuición pesimista de Wallander. Desde ese punto de vista el espectador tiene una mirada irónica que oxigena un relato terrorífico.
La serie tiene 7 capítulos de apenas 25-30 minutos, de ritmo intenso pero sereno. El director es el austriaco de 39 años Daniel Prochaska, que hasta ahora había realizado películas menores para televisión. En esta serie muestra personalidad en una edición que combina las bellísimas tomas aéreas con los primeros planos de los actores. Es una manera de mostrar la amplitud y claustrofobia de la historia que resulta muy sugerente.
El guion lo firma el aleman Ferdinan von Schirach, que ya había escrito una película sobre un juicio mediático en Alemania: El caso Collini (Marco Kreuzpaintner, 2019). Es un libreto que controla los tiempos y la elipsis para sugerir sin imponer desde el morbo.
Firma: Claudio Sánchez