Esta serie ha dado demasiadas vueltas antes de llegar a nacer. El cómic original de Joe Hill (hijo de Stephen King), tuvo una primera adaptación televisiva en 2010 bajo la producción televisiva de Fox. Para la creación de esta primera serie se contó con los incombustibles Alex Kurtzman y Robert Orci (culpables de taquillazos tan cuestionables como Transformers y fracasos rotundos como la ultima revisión de La momia), pero el resultado no superó el episodio piloto. El proyecto fue dando bandazos hasta que Netflix vio una oportunidad de ampliar su gigantesco repertorio con una nueva oferta que llegase a un público demasiado amplio, algo que acaba perjudicando a la serie.

Locke and Key tiende la mano a tantos públicos diferentes y maneja con tanta evidencia tal número de referencias que finalmente acaba perdiéndose en un laberinto en el que hay ingredientes de Narnia, Inside OutStranger ThingsOrigen de Nolan o Super 8 de J.J. Abrams. La ensalada podría resultar tolerable siempre y cuando hubiese coherencia y esa complicadísima verosimilitud que tiene las grandes historias del género fantástico, pero en este caso no se logra el equilibrio deseado. Intenta jugar en el terreno de The Umbrella Academy, e impone un buen ritmo inicial y un amable diseño de personajes, que se desperdicia en algunos giros desconcertantes y poco acertados, muchos de ellos relacionados con la evolución del personaje de la villana.

El brillante diseño de producción y la naturalidad de los jóvenes actores no maquilla algunas decisiones de guion imperdonables que llevan a que un personaje se clave una llave en el pecho y explote, o que la villana tire a un niño a una vía de metro y nadie se acuerde del pobre chaval en el resto de la serie. Por otro lado, la mano de Joe Hill (responsable de historias tan fallidas como las desarrolladas en películas como En la hierba alta y Horns), se nota en algunos complementos innecesarios de sexo y violencia. Es una pena que se malogre el atractivo diseño del personaje de Tyler Locke en un par de revolcones que parecen salidos de un capítulo de Por trece razones Sex Education. Evidentemente, Locke and Key es el mejor de los trabajos de Joe Hill, pero aún está lejos de convertirse en una serie notable y medida que merezca una segunda temporada.

  Firma: Claudio Sánchez