Firma: Claudio Sánchez

 

Hay varios motivos por los que me resulta muy difícil ser objetivo con esta serie. En primer lugar, por el reparto femenino: Cate Blanchett (Blue Jasmine), Margo Martindale (Justified), Rose Byrne (Adam), Sarah Paulson (American Crime Story: El pueblo contra O.J. Simpson). De primer nivel. Además cada una está muy bien seleccionada para cada uno de sus personajes. Por otro lado el creador de la serie es Dahvi Waller, uno de los guionistas Mad Men y Halt and Catch Fire, dos de las mejores series norteamericanas del siglo XXI. Por si fuera poca Mrs. América tiene un diseño de producción brillante, que ya destaca en la estupenda intro, y se corrobora en infinidad de aciertos en maquillaje, vestuario y decoración que definen cada personaje nada más aparecer en pantalla.

El guion tiene inteligencia, ironía y ritmo para rendirse a sus pies desde el primer momento. La serie empieza mostrando con habilidad y equilibrio la pelea dialéctica entre dos concepciones de la mujer antagónicas. Pero el paso de los capítulos niega la libertad al espectador enfrentándole con un bando arcaico y ridículo, y acercándole al otro, moderno y luminoso, carente de aristas y verosimilitud. La situación de la mujer en la sociedad que vivimos hoy en día nació en esa época y ese lugar, y esta serie podría ser una buena oportunidad para recordar y analizar las raíces de los indudables aciertos de la segunda ola del feminismo, y también de sus contradicciones internas.

La atinada variedad musical de la serie tampoco sirve para ocultar un problema esencial de la serie: su condición de panfleto por delante de cualquier otra aspiración artística. El desarrollo de personajes y la elaboración de las tramas se envenena de un discurso con poco recorrido y menos matices.