Después de “Fariña” parecía que el narcotráfico gallego había quedado bastante bien retratado. La extraordinaria serie de Bambú había superado la difícil prueba de hacer una ficción que no fuese una copia a la española de “Narcos”. No sólo se convirtió en una de las mejores series de esa productora, sino que ha logrado un complicado consenso entre público y crítica: es de lo mejor que se ha visto en televisión en 2018. Pero aún queda mucho que contar. Los 10 capítulos de “Fariña” contaban mucho de Sito Miñanco y algo menos de Laureano Oubiña: uno de los capos del cartel gallego.

“Yo fui un narco” es la docuserie de Laureano Oubiña. El es el principal protagonista, un gallego al que se le entiende todo porque quiere dejar claro todo lo que no se sabe de él, de la controvertida operación Necora, del “traidor” Ricardo Portabales, de su relación con Terito… Curiosamente de lo que no se habla nada es de la serie “Fariña”. Es como si no hubiese existido. Oubiña ni la menciona, aunque constantemente está desmintiendo o confirmando sucesos que son conocidos por haber aparecido en la serie.

El juez Baltasar Garzón también tiene un protagonismo antagónico en la docuserie, pero no tiene el carisma que Carmen Avendaño (la presidenta de madres gallegas que cercaron a Oubiña en el pazo Baión) o Ricardo Portabales. Su aparición como garganta profunda del narcotráfico gallego al final del primer capítulo es un giro de thriller modélico. Y es que esta docuserie tiene un ritmo logradísimo con una narración de los hechos que es para quedarse boquiabierto. La edición y la música entremezclan las declaraciones de un gran numero de testigos de interés con mucha habilidad. Pero sobre todo el personaje de Oubiña no tiene precio. Su capacidad para defender comportamientos tremendamente injustos y violentos está a a la altura de muy pocos. No sé que pasaría si a Pablo Escobar o al Chapo les hubiesen dado dos horas de entrevista, pero estoy convencido que Oubiña podía mantener un careo con cualquiera de los dos sin pestañear.

La joven Noemí Redonda es la directora de esta docuserie que se estrenó en Discovery Max a finales de noviembre sin la promoción que debería. Es una de las entrevistas en profundidad más interesantes que se ha hecho en los últimos años y sorprende la pericia de esta periodista como directora primeriza. No extrañaría nada que la producción fuese de Netflix o HBO. La realizadora definía esta serie de dos capítulos de una hora como “el documental sobre Laureano Oubiña que fulmina el personaje y trae a la persona”. Sin embargo no es la docuserie que limpia el rostro criminal de un hombre sin escrúpulos. Eso es lo meritorio. Es lamentable que los narcos quieran ser los protagonistas de las series de máxima audiencia y hablen con productores o directores dejándose querer (no es una métafora, es real: sucedió con el Chapo invitando a su mansión a Sean Penn). “Yo fui un narco” muestra un personaje maquiavélico sin dejar de mostrar algunas injusticias cometidas contra él. Pero nadie duda que Oubiña ha pasado más de 30 años en la cárcel por bastantes motivos explicados en primera personal en esta imprescindible serie.


  • Calidad del contenido: 4´5/5
  • Violencia: +18
  • Miedo: + 12
  • Sexo: + 16
  • Drogas: + 16
  • Conductas imitables: +16
  • Lenguaje: +16

Sobre el crítico

Claudio Sánchez de la Nieta

Crítico de cine y televisión de iCmedia, Aceprensa y Fila Siete. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.