Zarafa 2012

Los niños de la aldea se reúnen bajo el gran baobab, donde el anciano del lugar les cuenta la historia de inquebrantable amistad entre Maki, un niño de 10 años, y Zarafa, una jirafa huérfana que se convertirá en el regalo del Pachá de Egipto al Rey de Francia. Hassan, príncipe del desierto, tendrá que cumplir la peligrosa misión de llevar a Zarafa hasta Francia, pero Maki está decidido a traer a la jirafa de vuelta a su hogar aun arriesgando su vida. Durante el largo viaje que les llevará de Sudán a París, pasando por Alejandría, Marsella y los Alpes nevados, se enfrentarán a grandes peligros.

Director: Rémi Bezançon, Jean-Christophe Lie

Guión: Rémi Bezançon, Jean-Christophe Lie

Duración: 78′

Género: Animación, Aventuras

Estreno: 19/07/2013

Público: +3

Valoración: *** 

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 1

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 1

Sexo: 0

Crítica:

El film se inspira en los hechos reales que sucedieron en la corte de Carlos X de Francia en 1827. Por entonces, el Cónsul de Francia en Alejandría pidió al Pachá de Egipto una jirafa, animal desconocido por entonces en el viejo continente. Al poco de llegar a París, el animal adquirió una enorme popularidad. De hecho, actualmente está disecada en el Museo de Historia Natural de la Rochelle.

Rémi Bezançon, artífice de comedias algo ácidas como Un amor de altura,El primer día del resto de tu vida o Un feliz acontecimiento, fue el motor de este proyecto que recuerda que la animación 2D para niños no es algo muerto, ni mucho menos carente de interés.

Entre otros integrantes del equipo expertos en este terreno destaca su codirector, Jean-Christophe Lie, que cuenta con unos cuantos títulos como como animador asistente en Disney: El jorobado de Notre Dame, Hérculeso Tarzán son algunos ejemplos.

La historia está construida, a través de los diversos personajes, para entretener pero también, clarísimamente, para transmitir una serie de valores vinculados con la sinceridad, la fidelidad a las promesas, la búsqueda de la familia y la naturaleza, entre los que se cuela una anacrónica referencia al budista y una simplificación de la sociedad francesa de principios del XIX.

Gracias a un dibujo realista –cercano a los productos más tradicionales de la factoría Disney- y a un trazo bastante elegante –heredero declarado de la marca Sylvain Chomet y su excelente El ilusionista-, Zarafa da muestras de calidad y solvencia.

Aunque no alcanza, ni de lejos, el grado de lirismo y creatividad del maestro Miyazaki (El viaje de Chihiro, Nausicaä, Ponyo), al que citan expresamente los directores en varias entrevistas, sí que se aprecia un deseo de cuidar los detalles en el uso de colores, formas y caracterización de rostros; cosa nada fácil, dado que muchos de los personajes pertenecen a etnias bien diversas.

En una época en la que dominan las grandes majors en la distribución y producción de animación, es importante aprovechar las escasas oportunidades que brinda la cartelera de ver relatos de este género, dignos, entretenidos, incluso algo más sosegados y menos pirotécnicos en los que, a la vez, no se esconden las situaciones difíciles que depara la vida y se recompensa el bien realizado.

Fuente:  Lourdes Domingo (www.taconline.net)