Ficha: 103 min. | Animación | Drama Público apropiado: Todos-jóvenes Año: 2014 País: Japón Dirección: Hiromasa Yonebayashi Anna es una joven huérfana, que vive con sus padres adoptivos, y sufre una crisis propia de la adolescencia, le cuesta conectar con sus compañeros de clase, agravada por su asma, que aconseja su traslado temporal a un sitio con aire más puro. El sitio escogido es la casa de unos parientes de su madre, junto a un lago, y ligada a algunos vagos recuerdos de su niñez. Allí le atrae una imponente y solitaria mansión, sobre la que corren leyendas locales de fantasmas. Sea como fuere, Anna cree ver en una de las ventanas a una chica de su edad, y en efecto acaba conociendo a la misteriosa Marnie, que vive allí con sus adinerados padres, que se ausentan con frecuencia en largos viajes, y organizan suntuosas fiestas, de modo que la mayor parte del tiempo está con una vieja ama y dos sirvientas que no le hacen la vida nada fácil. Con la duda de hasta que punto ese encuentro es real, Anna se hace muy amiga de Marnie, lo que devuelve la alegría y la salud. Adaptación de una obra de la autora británica Joan G. Robinson (1910-1988), publicada en 1967, y que fue uno de los 50 libros infantiles recomendados por Hayao Miyazaki en una relación publicada en 2010 –el cineasta japonés siempre ha bebido en la literatura occidental, sin renunciar por supuesto a sus raíces niponas–, por lo que no extraña que Studios Ghibli se hiciera con los derechos hasta entregar esta emotiva adaptación dirigida por Hiromasa Yonebayashi, responsable de Arriety y el mundo de los diminutos, otra traslación a la pantalla de un libro infantil. En el film, nominado al Oscar al mejor título de animación, funciona muy bien la interacción entre mundo real y mundo fantasmal, y este punto más la confusión que suele dominar la etapa adolescente, conecta con títulos como El viaje de Chihiro. De todos modos aquí la apuesta de Yonebayashi es de corte más realista, no tenemos duendecillos ni otras criaturas mágicas. Y domina una intriga que la protagonista debe resolver a través de una amistad inesperada y extraordinaria, que le servirá para apreciar mejor el amor que le demuestran sus seres queridos. Tienen encanto algunos personajes secundarios, como el matrimonio que acoge a Anna, gente de campo, rebosante de sentido común, el barquero de muy pocas palabras, la anciana pintora y la niña que se ha mudado con su familia a la casa que tanto desconcierta a la protagonista. Firma: José María Aresté