173 min. | Drama | Comedia Público apropiado: Jóvenes-adultos Año: 2016 País: Bosnia-Herzegovina, Croacia, Francia, República de Macedonia, Rumanía Dirección: Cristi Puiu Intérpretes: Mimi Branescu, Andi Vasluianu, Bogdan Dumitrache, Petra Kurtela, Ilona Brezoianu sieranevada-33848-g3 El director de La muerte del Sr. Lazarescu no tiene miedo a sostener los planos sin palabras, véase el inicio en una atascada calle de Bucarest, donde algunos personajes maniobran alrededor de un auto, aparcamiento, carga y descarga. O no explicarnos el motivo de la reunión familiar, que sólo vislumbramos paulatinamente, una vez estamos dentro de una casa, en los intercambios dialógicos entre hermanos, y con la madre, no vemos al padre, se habla de que se está esperando al sacerdote, tal vez alguien ha muerto y estamos en un velatorio. Puede haber oscuridad, contraste entre luces y sombras, la casa como espacio claustrofóbico, con planos cerrados. Y destellos de luz en las habitaciones, y de pronto la belleza de la liturgia en las oraciones cantadas del pope y su acólito. ¿Y el tono? Pues bascula, Puiu es un prestidigitador, que igual se mueve por la farsa, las conversaciones con teorías sobre la conspiración en torno al 11-S o la chica drogada, la crítica social –la nuera que se va de compras–, el perfilado de las complejas relaciones humanas –marido y mujer, con la problemática de la infidelidad, malos entendimientos entre padres e hijos…–, que pueden ser ridículamente trágicas en su miseria y mezquindad. El milagro es que una película coral de tan larguísima duración no aburra, al menos al espectador dispuesto a ser un convidado más en la casa y alrededores donde transcurre la mayor parte de su trama. Y que lleguemos a considerar casi de la familia a la amplia galería de personajes que desfilan a lo largo del metraje. José María Aresté