Es por este motivo que existen numerosos estudios que nos informan de que 7 de cada 10 menores han padecido ciberacoso. En cambio, el último estudio del Consejo General de Psicología de España del pasado año 2024 o el del Ministerio de Educación, nos confirman que los alumnos que sufren ciberbullying son el 9,4%. En todos los casos, el impacto del bullying y ciberbullying a nivel mundial es devastador.

Las plataformas más utilizadas para llevar a cabo el ciberacoso en España son WhatsApp, Instagram, TikTok y los videojuegos online. Además, en el 20% de los casos se utiliza inteligencia artificial.

Las víctimas del ciberbullying sufren consecuencias desoladoras, y en casos extremos, conduce al suicidio o incluso al homicidio, convirtiéndolo en un “asesino silencioso”. En efecto, en España, el suicidio ha sido durante años la primera causa de muerte externa, duplicando las muertes por accidente de tráfico.

Factores de riesgo

Exponemos a continuación los factores de riesgo más mencionados en la investigación.

• La falta de supervisión parental. Es el factor de riesgo más frecuente en el ciberacoso y más repetido por todos los estudios. Un estudio reciente reveló que menos de la mitad de los niños en el segundo y tercer ciclo de Educación Primaria son supervisados por adultos mientras navegan por Internet, dejando un amplio margen para la exposición a situaciones de riesgo.
• Uso excesivo de redes sociales. El uso de Internet también juega un papel clave en esta crisis. Los españoles pasan un promedio de 5 horas y 42 minutos al día conectados, y la Generación Z (16-30 años) dedica más de 7 horas diarias a sus teléfonos móviles, de las cuales 4 horas se invierten en redes sociales.

Numerosos estudios demuestran que existe correlación positiva significativa entre el uso abusivo de redes sociales y otras variables.

Entre ellas encontramos: baja autoestima, ansiedad, depresión, fobia social, ciberbullying, menor rendimiento académico, conducta autolesiva, trastornos de conducta alimentaria, comparación social, problemas de sueño, sedentarismo, agresividad, conductas sexuales de riesgo, menor desarrollo de la inteligencia emocional, percepción de soledad, bajas habilidades sociales, relaciones tóxicas, entre muchas otras.

• Una problemática de género. El ciberbullying también tiene una dimensión de género: el 70% de los casos en menores de edad afectan a las niñas, lo que pone de manifiesto una desigualdad preocupante en la experiencia del ciberacoso.

Factores de protección

Por otra parte, existen factores protectores frente al ciberbullying:

• Comunicación abierta sobre los riesgos de los entornos virtuales. Este es el factor protector más frecuente y eficaz junto a las demostraciones de afecto.
• Redes de apoyo entre iguales. La ayuda entre iguales ha demostrado ser eficaz para prevenir la cibervictimización, ya que fomenta el desarrollo de la competencia socio-emocional. De hecho, ante un caso de ciberbullying, las personas en el rol de espectador son las más numerosas y las que tienen más capacidad de frenar el acoso.
• Supervisión parental adecuada.  Se ha demostrado que una supervisión efectiva puede prevenir hasta un 20% de los casos de ciberacoso, regulando la exposición online y las conductas de riesgo. El instrumento de medición de la implicación parental evalúa cinco dimensiones: conocimiento, competencia, percepción del riesgo, responsabilidad y supervisión parental.

Como recurso específico de control parental os facilitamos algunas herramientas para gestionar el tiempo y el contenido de las redes sociales, teniendo en cuenta que la edad recomendada por la Unión Europea para su uso son los 16 años: Microsoft Family Safety, Google Family Link, SafeSearch, StayFocusd, BlockSite, Qustodio y Kaspersky Safe Kids.

Un llamado a la acción

Frente a esta crisis, resulta crucial implementar estrategias efectivas para combatir el ciberbullying y promover una cultura de respeto y seguridad en el entorno digital.

• Políticas públicas efectivas. Diseñar e implementar leyes y regulaciones para prevenir el ciberacoso y proteger a las víctimas, así como la necesidad de una mayor inversión en salud mental y en la implementación de políticas públicas que prioricen el bienestar de los menores, tanto en el ámbito digital como en el personal.
• Educación y concienciación. Incorporar actividades y programas en las escuelas que enseñen a niños y adolescentes sobre el uso seguro de Internet, uniendo los esfuerzos de familias, instituciones educativas, gobiernos y plataformas digitales.
• Supervisión y control parental. Se necesita aumentar la vigilancia y educar a los padres para poder mejorar su conocimiento, su competencia digital y la percepción de los riesgos online para proteger a sus hijos e hijas del ciberbullying de manera efectiva.
• Mejorar el acceso a servicios de salud mental. Garantizar que las víctimas tengan apoyo psicológico accesible y de calidad.

En estas conclusiones, mi intención es hablarte a ti, que lees esto. Puede que te sientas impotente ante la vorágine de Internet y las redes sociales, y es probable que creas que el ciberbullying es algo fuera de tu control y responsabilidad de otros; o todo lo contrario, como tienes instalado un control parental en el móvil, has caído en la falsa idea de que nada puede ir mal ni perjudicar a tu familia.

Bien, sea cual sea tu situación y cómo te posicionas ante esta problemática social, me gustaría invitarte a cumplir un reto este mes para realizar en casa con tus hijos. En el siguiente listado encontrarás preguntas que puedes hablar con tu hijo/a para fomentar la comunicación y, sobre todo, fomentar las demostraciones de afecto:

• ¿Has sufrido alguna vez ciberacoso? ¿Lo has presenciado?
• ¿Algún desconocido te ha escrito por redes sociales o por algún videojuego?
• ¿Se normaliza en los vídeos que véis insultar o burlarse unos de otros?
• ¿Te sientes querido por tus amigos?
• ¿Sabes que te quiero?

Además, te dejo una actividad sobre ciberbullying para que realices en casa con tus hijos y te ayude a iniciar una conversación sobre este tema. La confianza es clave para poder hablar las preocupaciones importantes y puede que, preguntas como las propuestas, sean la puerta de entrada a conversaciones más profundas y personales.

Firma: Miriam Schirinzi