La auténtica y sorprendente historia de Marcel Marceau, el mimo más conocido y admirado, quien fue un héroe secreto que salvó las vidas de muchos niños judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

  • Crítica por Juan Luis Sánchez | DECINE21
Héroe mudo

Héroe mudo

Durante la ocupación francesa, el despiadado ‘untersturmführer’ Klaus Barbie impone el terror al mando de las tropas nazis en Lyon. En ese contexto, el joven de familia judía Marcel trabaja con su padre en la carnicería familiar, pero por las noches hace sus pinitos como cómico en un cabaret, imitando a Charles Chaplin. Cuando a éste le arresta la Gestapo, se ve obligado a huir con su hermano Alain, pero ambos acabarán uniéndose a la Resistencia Francesa, donde tendrán la oportunidad de ayudar a escapar a un grupo de niños judíos que se han quedado huérfanos por las tropelías de las tropas alemanas.

Marcel Marceau es considerado como el mimo más importante de todos los tiempos, e incluso llegó a tener un par de apariciones memorables en cine, como profesor en Barbarella y haciendo de sí mismo en la comedia muda La última locura de Mel Brooks, donde tenía gracia que fuera el único que hablaba. Pero se conoce menos que durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un héroe de la Resistencia de Limoges. El venezolano Jonathan Jakubowicz, responsable de Secuestro Express, escribe y dirige un film que reconstruye esta etapa de su vida.

Al cineasta –que sólo tiene en su filmografía el título citado y otro largometraje dramatizado, el drama pugilístico Manos de piedra– le falta un poco de maestría, lo que se nota a la hora de sacar partido a algunas interesantes ideas del libreto. Sobre todo cuando muestra que Marceau usa sus habilidades artísticas para distraer a los niños del horror, en imágenes que podrían haber tenido la potencia de La vida es bella, pero resultan un tanto convencionales, sobre todo en una secuencia que no termina de funcionar, en la que imagina que crea una flor para regalársela a Emma, la miembro de la Resistencia de la que se ha enamorado, y en un momento poco verosímil en el que gracias a su arte se salva del enemigo.

No obstante, la historia real tiene bastante fuerza, y está filmada con corrección, por lo que sin ser memorable, la cinta acaba siendo otra aceptable denuncia de la tragedia del Holocausto judío, alejada de la maestría de títulos como La lista de Schindler, pero con interés. Al polivalente Jesse Eisenberg le pega interpretar al protagonista, y se ha trabajado la imitación de sus habituales números. Está bien acompañado por secundarios como Clémence Poesy, que transmite bien la desesperación de Emma tras vivir un episodio durísimo, un breve pero tan carismático como siempre Ed Harris como el general Patton, y sobre todo el actor teatral quizás poco conocido fuera de Alemania Matthias Schweighöfer (Valkiria), que estremece como el escalofriante Barbie, al que es capaz de mostrar en su lado más inhumano pero también como padre de familia atento a que su bebé se interese por el arte.