Ficha: 127 min. | Musical | Comedia | Drama | Romántico Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: EE.UU. Dirección: Damien Chazelle Intérpretes: Emma Stone, Ryan Gosling, Finn Wittrock, J.K. Simmons, Sonoya Mizuno, Rosemarie DeWitt, John Legend, Jessica Rothe, Callie Hernandez Nostalgia. Añoranza del musical clásico de Hollywood. Cinemascope. Colores primarios vivos, crepusculos. Amores descubiertos y contrariados en la actualidad, a lo largo de las 4 estaciones, invierno, primavera, verano, otoño y, nuevamente, invierno. En la ciudad de las estrellas, la ciudad de Los Ángeles, en La La Land. Mia es una aspirante a actriz, que mientras llega su momento, trabaja como camarera en la cafetería de un gran estudio. Apasionado del jazz, Seb toca el teclado, y su sueño pasa por convertirse en propietario de un local donde haya sesiones en vivo, aunque a los jóvenes ahora parece que les va otra música. Coinciden casualmente en atascos, en una cafetería, en una fiesta, donde poco falta para que se tiren los trastos a la cabeza. Pero surge el amor, el inevitable flechazo, un entusiasmo que les lleva mutuamente a apoyar los respectivos sueños, aunque las cosas no son tan sencillas… Tras arrasar en los Globos de Oro, llevándose los 7 premios a que aspiraba, todo un récord, La la land, traducida absurdamente por La ciudad de las estrellas, por una vez que estaba más que justificado mantener el título original, tiene todas las papeletas para triunfar en los Oscar. Porque es un musical como los de antes –a diferencia de títulos como Los miserables o Chicago–, con coreografías y planteamientos que hacen pensar en Vincente Minnelli, Stanley Donen, Gene Kelly, Jerome Robbins y Jacques Demy, pero con personalidad propia. Lo que se nota sobre todo en la inclusión, con gran naturalidad, del jazz, y del uso de ruidos cotidianos que enlazan con los temas musicales, como en el memorable arranque, un largo plano secuencia en una autopista de Los Ángeles, que hace pensar en filmes como West Side Story. Damien Chazelle, director y guionista, confirma la magnifica impresión causada con Whiplash, donde también estaba presente la música, concretamente el jazz. Sorprende su sentido del ritmo, una puesta en escena majestuosa, con algunos momentos mágicos, maravillosamente coreografiados por Mandy Moore, el pasaje del planetario, y el del clímax que tiene lugar por la noche en un café, sobresalen especialmente. La música de Justin Hurwitz es fantástica, con maravillosas canciones, algunas interpretadas por la pareja protagonista, Emma Stone y Ryan Gosling encantadores, en verdadero estado de gracia, difícil decantarse por un tema, aunque además de la muy presente “City of Stars”, está muy bien esa incursión jazzística cantada por John Legend “Start a Fire”. En el casting de Stone, uno no puede dejar de pensar que ha influido su papel en Magia a la luz de la luna de Woody Allen, que tenía una escena importante justamente en un planetario. Llama la atención como se manejan los sentimientos agridulces y decididamente románticos, en una trama sencilla, donde hay espacio para el drama y el humor evitando las estridencias y salidas de tono, en que se habla de la importancia de tener sueños y poner medios para hacerlos realidad arriesgando, pero aceptando, también, la realidad de la vida, las sendas que acabamos escogiendo con sus consecuencias. Y el recurso a la cinefilia, ese Rebelde sin causa, esos cines de antaño que cierran, la pasión por la creatividad y el hacer aquello en que crees, en contraposición a las conversaciones triviales y vacías, en que se llena la existencia de una fantástica nada. Firma: José María Aresté