Ficha: 80 min. | Fantástico | Animación | Drama Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: Bélgica, Francia, Japón Dirección: Michael Dudok de Wit       No deja de sorprender que Ghibli, estudio japonés especializado en anime, donde maestros como Hayao Miyazaki e Isao Takahata han sacado adelante sus grandes películas, haya decidido respaldar a un director holandés, Michael Dudok de Wit, en su primera coproducción con otros países, Francia y Bélgica. La tortuga roja es una joya sin paliativos, un poema audiovisual sin diálogos que subyuga desde el primer momento con su trama, sus imágenes, su música. La historia de un náufrago, su supervivencia en una isla, la lucha contra los elementos, y el encuentro inesperado con una tortuga roja que le permite formar una familia, es sencillamente arrebatadora. Belleza en estado puro, qué prescinde completamente de los diálogos, uno se pregunta dónde ha estado escondido el tal Dudok de Wit, que previamente tenía en su haber cinco cortos, y que no es un chaval precisamente, este cineasta nacido en 1953 firma aquí su primer largometraje. El director con sus imágenes no se ciñe al grafismo típico del anime, su enfoque visual es más estilizado, algo que también Takahata ha procurado en algunos de sus trabajos, como en ciertos pasajes de El cuento de la princesa Kaguya. Encantadores los cangrejitos, unos personajes muy ghiblianos, aunque digamos que el cineasta tiene su personalidad, no mimetiza para nada la animación nipona, lo que no impide que se detecte un mismo espíritu, un amor por la pudorosa delicadeza que tiene encanto. La música de Laurent Perez del Mar es imprescindible. Firma: José María Aresté