Un sábado veraniego de 1987. Ángela, joven y atractiva estudiante de periodismo, le pide una entrevista a Miguel, maduro y sarcástico articulista que ha obtenido importantes premios con sus novelas. Éste aprovecha para tratar de llevársela al catre, a pesar de la enorme diferencia de edad, y de que está casado. Se va con ella a la casa de un amigo pintor, con tal mala suerte de que ambos se quedan atrapados en el cuarto de baño, pues la puerta se ha atascado…

 

 

 

 

 

Director: David Trueba

Intérpretes: Ramon Fontserè, José Sacristán, María Valverde

Guión: David Trueba

Duración: 104 min

Género: Comedia | Drama

Estreno: 13/04/2012

Público: Adultos

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: –

Acción: –

Amor: –

Violencia: –

Sexo: –

Crítica:

David Trueba se consagró como realizador con la interesante Soldados de Salamina, pero posteriormente ha ido dando bandazos. Tras la decepcionante comedia Bienvenido a casa se diría que no sabe qué rumbo tomar, pues rodó el documental La silla de Fernando (un tanto experimental pues consistía únicamente enimágenes de Fernando Fernán Gómezconversando), la producción televisiva documental Rafael Azcona, oficio de guionista, y la serie ¿Qué fue de Jorge Sanz? en la que el actor citado en el título se interpretaba a sí mismo. Ahora, entrega un film atípico, cercano al teatro, pues durante la mayor parte del metraje sólo aparecen en pantalla dos actores.

A David Trueba se le da muy bien divulgar el talento de veteranos del oficio, como Fernán Gómez, o el guionista Rafael Azcona, y en esta ocasión se apoya en la fuerza y el carisma de José Sacristán, un actor de primerísima fila que no siempre ha sido aprovechado por el cine. Como era de esperar, éste realiza una interpretación de enorme categoría, aunque a su lado desmerece un poco María Valverde, a pesar de que es una de las mejores actrices jóvenes españolas. También es cierto que el personaje femenino tiene un peso mucho menor en el guión, y sus frases son mucho menos brillantes e ingeniosas.

Reflexión sobre el paso del tiempo, y el choque generacional, acierta en su evocación nostálgica de los años 80, en plena consolidación de la aún joven democracia española, con citas al 23-F, Adolfo Suárez, el gobierno socialista de la época, etc. Aprovecha Trueba para incluir una crítica al periodismo tan ácida como cariñosa. Ingenioso en los diálogos, se luce sobre todo en frases humorísticas («¿Profesores de periodismo? ¿Acaso alguien enseña a los perros a ser perros?»).

Por contra, al final resulta un tanto insustancial, y se alarga demasiado. Además su afán exhibicionista, sobre todo en lo refererente a ella, se antoja excesivo.

 

 

Fuente: www.decine21.com