Brandon, un hombre de treinta y tantos años, vive en un confortable apartamento en Nueva York. Para evadirse de la monotonía del trabajo, seduce a las mujeres en una serie de historias sin futuro y encuentros de una noche. Pero el ritmo metódico y ordenado de su vida se ve alterado por la imprevista llegada de su hermana Sissy, una chica rebelde y problemática. Su presencia explosiva llevará a Brandon a perder el control sobre su propio mundo.

 

 

 

 

 

Director: Steve McQueen

Intérpretes: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Beharie, Hannah Ware

Guión: Steve McQueen, Abi Morgan

Duración: 99′

Género: Drama

Estreno: 17/02/2012

Público: +18

Valoración: *

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 1

Acción: 0

Amor: 0

Violencia: 1

Sexo: 6

Crítica:

Steve McQueen es un director británico con larga trayectoria videoclipera que despuntó con su ópera prima, Hunger, donde describía -con su particular estilo independiente-, la vida de Bobby Sands, un preso irlandés en huelga de hambre. Ahora, y repitiendo otra vez con Michael Fassbender a la cabeza, nos sumerge en las desgracias personales de un hombre adicto al sexo.

Con muy buena acogida por parte de la crítica internacional, Shame no es otra cosa que una película pretenciosa y aburrida que ahonda poco o nada en el problema que se plantea. Plano tras plano descubrimos el vacío interior del protagonista, su soledad y el visible desprecio que siente hacia él mismo. Sin embargo, todos estos sentimientos catárticos que podrían empatizar con el espectador quedan anulados por el inverosímil guión y retrato de los personajes.

Partiendo de la base de que Brandon es un adicto al sexo (problema que puede adaptarse perfectamente a la gran pantalla sin necesidad de caer en la frivolidad), McQueen no ha sabido sacarle todo el partido moralizante que algunas escenas desprenden. Sin profundizar mucho en la historia del personaje ni en el porqué de su patología, el guión deja mucho a la interpretación personal, resultando vulgar y poco creíble a medida que avanza la película. A años luz de lo que pretendía ser un trabajo serio.

Tampoco ayuda la presencia de otros personajes, tales como el que interpreta Carey Mulligan en la piel de la inestable hermana de Brandon (un auténtico degenerado que se beneficia de su apariencia triunfadora), de la que se desconoce todo y deja en el aire una posible tensión sexual pasada entre ellos.

En definitiva, una película demasiado larga para lo que quiere contar, con poco fondo y mucha incomodidad, ya que a McQueen sólo le interesa la angustia de la adicción y lo muestra con crudeza. Superficial e innecesaria en muchos aspectos.


Fuente: Andrea Rodríguez (www.taconline.net)