Ficha:

106 min. | Drama

Público apropiado: Jóvenes-adultos

Año: 2015

País: Reino Unido

Dirección: Sarah Gavron

Intérpretes: Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Meryl Streep, Ben Whishaw, Brendan Gleeson, Romola Garai, Anne-Marie Duff, Samuel West

En un momento en el que está de rabiosa actualidad el debate sobre la discriminación de la mujer en el cine, por la desigualdad de salarios y oportunidades, el cine británico repasa en Sufragistas un capítulo clave de la lucha por el voto femenino.

1912. Cuando acude a realizar un reparto de la fábrica en la que trabaja, Maud se topa con una acción violenta de un grupo de partidarias del voto femenino que siguen a la carismática Emmeline Pankhurst, harta de la falta de resultados de las reivindicaciones moderadas. Acaba uniéndose a ellas, lo que pondrá en peligro la relación con su esposo, con el que ha tenido un niño.

Tras Brick Lane, sobre una joven de Bangladés en Londres, la británica Sarah Gavron aborda su segundo largometraje dramático, también sobre temática femenina, con guión de Abi Morgan, responsable de La dama de hierro. Se trata de una superproducción, con impecable factura técnica, que cuenta con grandes trabajos actorales, sobre todo por parte de Carey Mulligan, en una de sus interpretaciones más brillantes, pues su personaje experimenta una enorme evolución, y logra secuencias desgarradoras, sobre todo las relativas a su hijo.

A su altura está sin duda Helena Bonham Carter, que lleva con ella gran parte del peso de la trama, pero también convencen en roles secundarios Ben Whishaw, Anne-Marie Duff y sobre todo Brendan Gleeson, como un inspector de policía defensor a ultranza del imperio de la ley. La presencia de la todoterreno Meryl Streep tiene su sentido para dar fuerza al papel de Pankhurst, aunque sabe a poco que sólo intervenga en un par de secuencias.

Sufragistas muestra con claridad el desprecio con el que eran tratados quienes pedían el voto femenino, los engaños políticos y hasta parte del juego sucio llevado a cabo por las autoridades, en un momento histórico poco visto en la pantalla. Pero le faltan matices a su reivindicación del sector más violento de la lucha por este derecho indiscutible, y de sus imágenes parece colegirse que de forma pacífica, sin sabotajes, incendios de establecimientos públicos, atentados y hasta lo que ahora se conoce como “escraches” de políticos, no se habría conseguido nada.

Firma: Juan Luis Sánchez