el_abuelo_que_salto_por_la_ventana_y_se_largo_29518El día que va a cumplir 100 años, Allan Karlsson se fuga de la residencia en la que vive y, de forma azarosa, se ve inmerso en una delirante trama criminal. No gran cosa para un hombre que vivió los acontecimientos más importantes del siglo XX conociendo a Einstein, Franco, Stalin, Mao, Reagan y Gorbachov. Allan es un anciano excéntrico que no está dispuesto a renunciar al placer de estar vivo y dinamitar lo que encuentra a su paso.

Director: Felix Herngren

Intérpretes: Robert Gustafsson, Iwar Wiklander, David Wiberg, Mia Skäringer, Alan Ford

Guión: Felix Herngren, Hans Ingemansson

Duración: 114′

Género: Comedia, Drama

Estreno: 11/07/2014

Público: +18

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 3

Acción: 2

Amor: 0

Violencia: 2

Sexo: 1

Crítica:

La novela de Jonas Jonasson ha vendido más de tres millones de copias en todo el mundo desde su publicación en 2009. En España, son 350 mil los ejemplares adquiridos por ávidos lectores. Con estas cifras y el efecto viral que la vis cómica del libro provocaba, el mercado cinematográfico no se hizo esperar, y al periodista y escritor sueco Jonas Jonasson le llovió una oferta de la industria de su propio país.

Felix Herngren y Hans Ingemansson, compañeros de fatigas en un film anterior y en una serie televisiva, adaptan el texto de Jonasson manteniendo el tono cáustico y el humor negro, y acentuando algunos aspectos ideológicos (del pasado del protagonista) de modo más grotesco.

Esta road-movie de sabor añejo está construida a base de una serie de casualidades absurdas, personajes estrambóticos y mucho golpe de efecto sonado y salvaje, apto para espectadores poco sensibles al humor macabro. Herngren y Ingemansson hilan el presente a base de saltos al pasado, en los que Allan se codea y comparte dinamita de todo tipo con dictadores como Franco o Stalin, políticos como Truman o Reagan e incluso científicos como Einstein y un supuesto hermano no tan listo. La intención de hacer un repaso crítico a la historia del siglo XX resulta algo fallida, pues esas secuencias no pasan de ser postales, flashes o sketches surrealistas, absurdos y cínicos pero más a modo de imitación televisiva que de construir un discurso mínimamente denso.

Seguramente, las peripecias de este abuelo centenario han tenido mucho eco por la originalidad de poner en primer plano a alguien de la tercera edad añadiéndole mucho humor, algo que lectores y espectadores premian siempre con la publicidad boca-oreja. Eso sí, en la película, el arco de público objetivo se reduce por esos toques de cruelad con objetivo cómico.

Fuente: Lourdes Domingo (www.taconline.net)