Misión imposible: Nación secreta (2015)
Espías renegados
En esta ocasión, se cierra la Fuerza Misión Imposible y sus funciones son asumidas por la CIA. A pesar de todo, el agente Ethan Hunt, de nuevo ayudado por William, Benji y Luther, trata de desarticular una organización encubierta de espías renegados conocida como Nación Secreta. Sus responsables consiguen capturar a Hunt pero escapa con ayuda de Ilsa Faust, una misteriosa mujer infiltrada entre sus filas.
La saga iniciada por Brian de Palma ha contado posteriormente con directores muy variopintos que han dejado su sello personal, desde el hongkonés John Woo (el más decepcionante), pasando por el televisivo debutante en cine J.J. Abrams (que se ha mantenido como productor de las siguientes entregas) y el especialista en dibujos animados que se adentraba por primera vez en el campo de la imagen real Brad Bird. Toma el testigo en la quinta entrega Christopher McQuarrie, guionista oscarizado por Sospechosos habituales, con el que Tom Cruise ha hecho buenas migas después de que le escribiera Valkiria y le dirigiera en Jack Reacher.
Como se esperaba, McQuarrie se basa sobre todo en un guión muy bien hilvanado, con logrados giros de tuerca, que recupera con gran frescura algunos tópicos del cine de espías: la agente infiltrada, la burocracia en los despachos, etc. También se luce como director, y compone algunas secuencias adrenalíticas, especialmente la del avión en la apertura, la que se desarrolla en la ópera de Viena al ritmo de «Turandot», de Giacomo Puccini, y una brillante persecución de motos. Abundan esta vez los homenajes a la serie original (el mensaje que se autodestruye y las máscaras).
A sus 53 años, tiene su mérito la vitalidad exhibida por Tom Cruise, que ha participado al máximo en las secuencias de acción, y cumple nuevamente como Ethan Hunt. Está muy bien secundado por Jeremy Renner, Ving Rhames y el excelente contrapunto cómico del film Simon Pegg. Gran acierto en el fichaje de los recién llegados Alec Baldwin (jefe de la CIA), y sobre todo la sueca Rebecca Ferguson, vista hasta ahora a nivel internacional en Hércules y poco más, pero que tiene por delante un prometedor futuro.