El extraordinario viaje de T.S. Spivet (2013)

 

La invención de Spivet

T.S. Spivet es un chaval de 12 años de extraordinaria inteligencia, que vive con su atípica familia en un rancho en Montana. Su padre es el tradicional cowboy de pocas palabras. Su madre es una investigadora científica, experta en escarabajos. Su hermana mayor es una adolescente, en plena edad del pavo. Y su hermano mellizo murió en un trágico accidente. Spivet tiene una mente tan preclara que inventa una máquina de movimiento perpetuo que le supone un importante premio. De modo que emprende un viaje en solitario –pues se siente excluido del resto de la familia– para recoger el galardón, mientras que los que se lo han concedido ignoran que el genial inventor es un niño.

Adaptación de “Las obras escogidas de T.S. Spivet”, original libro juvenil de Reif Larsen, muy gráfico, con dibujos en los márgenes. Lo traslada muy imaginativamente a la pantalla Jean-Pierre Jeunet, que ha demostrado de sobras su capacidad de crear mundos visualmente muy atractivos a lo largo de una filmografía que arrancó en los 90 con Delicatessen. En esta ocasión además recurre por primera vez al 3D, algo completamente justificado, pues saca todo el partido a la tridimensionalidad con múltiples recursos en planos muy estudiados, de gran elaboración en su concepción en localizaciones y acabado digital, incluidos dibujos, recortables, mapas, “bocadillos”…

El guión de Jeunet y Guillaume Laurant estructura la narración en los clásicos 3 actos, “El Oeste”, “El viaje” y “El Este”, y recurre sin cansar a la voz en off de Spivet, muy bien encarnado por el niño Kyle Catlett, todo un descubrimiento por su desparpajo y naturalidad.

El extraordinario viaje de T.S. Spivet es un canto al deseo de conocer y a la ciencia, pero, no deja de subrayarse, ésta debe estar atravesada por la poesía, o dicho de otro modo, ser humana. Porque de otro modo lleva al escepticismo ante tantas cosas bellas de la vida, o al mercantilismo y la manipulación de los sentimientos, la tentación que ronda a una de las directivas del Smithsonian, la institución que ha premiado al chico.

Cine de aventuras fantásticas, en la línea de La invención de Hugo, con momentos dramáticos, pero también buenos golpes humorísticos, ofrece una atinada reflexión sobre la familia, el modo en que hay que cultivar las relaciones padres-hijos o entre hermanos, abordando de frente los malos tragos que depara la vida, sin excusas que demoran y empeoran determinadas situaciones.