El observatorio de series ha realizado un estudio que analiza los usos y actitudes del consumidor frente a las ficciones televisivas.  El informe se realizado basándose en 3.140 entrevistas online calibradas por sexo, edad y clase social y señala, entre otras cuestiones. Ha sido  muchos los datos interesantes que nos ha dejado para analizar y valorar. Uno de ellos ha sido que solo el 35% de las personas que consume series lo hace de manera exclusiva, es decir centrado solo en la visualización del contenido. Lo que indica que el otro 65% realiza una actividad paralela. Así, un 35% toma snacks o alguna bebida y el 30% restante realiza actividades que sí le pueden distraer como usar el móvil o el ordenador (las famosas comunidades de redes sociales donde se comenta el contenido). Alexia Dodd, responsable de estrategia, marketing y entretenimiento así como una de las socias fundadoras de ODLS, el informe «nace de una inquietud personal». «Yo empecé a trabajar en los noventa en Canal Plus y no acabábamos de saber cuál era esa relación entre las audiencias y los contenidos. Era difícil saber quién pagaba», expone. En este sentido, «la tecnología lo ha revolucionado todo. Siempre nos han gustado las series, pero ha cambiado el modelo y la forma de consumo y las series se han convertido en un fenómeno social». Dice Dodd que el big data y los algoritmos ayudan a analizar audiencias, pero que el estudio trata de ir más allá y ver «cómo son los corazones y las emociones» de ese público y «qué quiere de las plataformas y las cadenas». Por eso en esta aventura la acompañan también como socias fundadoras la socióloga Belén Barreiro y María José Álvarez, experta en marketing y publicidad, fundamental a la hora de abordar la relación con las marcas. El informe revela que el 86,2% de los españoles ve series y siete de cada diez lo hace de forma habitual. El auge de las plataformas ha sido fundamental para este elevado porcentaje. Además el 62,5% de los seriéfilos habituales declara que estas producciones son «importantes en su vida», una idea que sube hasta diez puntos porcentuales en el caso de los jóvenes. Esto ha supuesto que los usuarios dediquen menos tiempo a otras actividades como leer. Otra información curiosa es que el espectador siente que no le da tiempo a ver todo el contenido que le gustaría, lo que pone de manifiesto el excesivo contenido que se produce. Uno de los formatos más consumidos es el de capítulos de 30 a 15 minutos. Entre los jóvenes empieza a extenderse el ver sus series favoritas a 1,5x (o hasta al doble de la velocidad original). En teoría, a 1,5x, las voces no se distorsionan tanto y los diálogos se comprimen lo justo para poder entenderlos sin perder información. Los detractores de esta forma de consumo afirman que de esta forma los espectadores pierden parte de la información a lo que tuitero Araide Sensei responde que «si lo viese a velocidad normal sí que me perdería cosas, porque desconecto». La explicación para defender esta teoría es que se ahorra tiempo y para no dejar a medias algo que ya has empezado. Otro fenómeno que destaca el informe son los famosos atracones de series. Un tercio de los consumidores declaran darse atracones de más de seis horas. Y son mujeres menores de 34 años, a las que les gustan las series de muchos capítulos, de capítulos largos y con mucha continuidad en el tiempo, las que más los realizan. Explica Barreiro «las series tienen un papel central, se comen todo nuestro tiempo y también nuestras emociones». Además, los datos dejan claro que «las series no son un fenómeno de jóvenes», pero sí se da más porque «disponen de más tiempo». Puede que viendo estos datos debamos plantearnos que los frikis actuales serían aquellos que no consumen ninguna serie.   Firma: Patricia Vázquez