Es probable que muchos ‘niños grandes’ aún no sepan que sus compañeros de fatigas de aquellos sábados de los 80 como Lupo el perro, David el gnomo, D’Artacan o Willy Fog tenían DNI español. Y es que hubo una generación de chavales que, aún sin darse cuenta, vivió la edad de oro de la animación nacional. Tiempos en los que la televisión apostaba por el producto autóctono y el anime solo era para los españoles una forma verbal en imperativo.

Cruz Delgado ha sido prácticamente el alfa y el omega de los dibujos animados en España. De su mano han salido series antológicas como Don Quijote de La Mancha o Los Trotamúsicos. Quién se lo iba a decir cuando en 1947, después de ver la película Los tres caballeros de Walt Disney, quedó prendado del mundo de la animación. «Empecé como historietista en algunas revistas, pero no había muchos lugares donde aprender a hacer dibujos animados. Iba a la Embajada de Estados Unidos a ver libros, pedía fotogramas sobrantes en los cines… Había que aprender por uno mismo porque no había escuelas», recuerda.

Cruz fue el pionero de esa edad de oro que atravesaron los dibujos españoles en los ochenta. En 1979, tras firmar varios largometrajes como El Gato con Botas, Los Viajes de Gulliver o Mágica Aventura –que nació en formato historieta en el suplemento Gente Menuda de ABC- se lanzó a la aventura de realizar uno de los proyectos más ambiciosos de la historia de la animación en España: Don Quijote de La Mancha. «Fue una serie muy exitosa, que además despertó mucho interés por la lectura y las ventas de la obra subieron notablemente. Llegó a traducirse hasta al chino», señala.

Pero, pese al éxito, la realización de la serie no fue un camino de rosas. «Contamos para hacer los guiones con dos famosos cervantistas: Manuel Criado de Val y Guillermo Díaz Plaja, que nos asesoraban en cada capítulo. Pero había muchos literatos que no les gustaba la idea de trasladar la novela en «dibujitos» como ellos decían. Hubo situaciones complicadas. Como por ejemplo cuando decidimos incluir el personaje cómico de un cuervo para darle un toque de humor infantil. Ante la avalancha de cartas a los diarios por parte de muchos cervantistas tuvimos que meterle una novia rápidamente y hacerle desaparecer con ella», ríe Cruz.

David el gnomo y la censura americana

Por aquellos años Claudio Biern Boyd –fundador de BRB Internacional y mallorquín pese a lo que pueda parecer por sus apellidos- se dedicaba a traer a España series foráneas de éxito como «La abeja Maya» o «Vicky el vikingo». Hasta que un buen día decidió que quería producir sus propias series basándose en sus novelas preferidas de juventud. «D’Artacan, en 1982, fue nuestra carta de presentación en Europa, y nuestro primer éxito fue Willy Fog desde luego. El pelotazo vino después con David el gnomo, que llegó a Latinoamérica, Francia, Países Bajos… y hasta a Estados Unidos», comenta.

Precisamente allí, en Estados Unidos, BRB Internacional sufrió su único caso de censura «David el gnomo se emitió muchos años en la HBO y la televisión pública, pero nos hicieron suprimir tres secuencias. Una en la que Lisa, la mujer de David, amamanta a sus gemelos, otra en la que un gnomo aparece haciendo pis frente a un árbol y otra en la que un grupo de gnomos ordeña a una vaca colgándose de sus ubres», recuerda. «Supongo que en la siguiente serie el protagonista desintegraría a 20, mataría a otros 15 y luego se tomaría un whiskey con la chica, pero bueno», sonríe irónico.

Willy Fog, en cambio, no sufrió censura fuera de España pero tuvo que adaptarse a los estereotipos del resto de Europa. Así, el ratoncito andaluz Tico tuvo que cambiar sus orígenes para un continente poco familiarizado con el sur de España por aquel entonces. «Pensamos que el público extranjero entendería más a un personaje napolitano que a uno andaluz…Por el cine, la comida… Además adaptar el acento andaluz al inglés hubiera sido muy complicado», expone Claudio.

Los Trotamúsicos, tras los Beatles

En 1989, después de que el largometraje Los 4 músicos de Bremen se llevaran el Goya a mejor película de animación, Cruz Delgado cerró con otra serie de éxito esos años dorados de los dibujos nacionales: Los Trotamúsicos. Las aventuras de Lupo, Burlón, Koki y Tonto alcanzaron tal éxito que Televisión Española las ha emitido hasta en 18 ocasiones.

Pero si algo se recuerda de Los Trotámusicos, quizás fueran sus canciones. «Encargué la música a Manuel Pacho y le dije que se basara un poco en las canciones de los Beatles», comenta Cruz. En total se llegaron a grabar diez temas entre las que destacan en el imaginario popular: «Esto tiene mucho ritmo» «La mejor vacuna» o «Koki eres el rey del corral».

Hoy, treinta años después, Claudio Biern y Cruz Delgado hacen balance de sus series. «Yo me siento muy orgulloso de que mis series han sido realizadas íntegramente en España. Producción, animación… de todo», señala Cruz. Por su parte, Claudio mira atrás buscando la fórmula del éxito de aquellas series. «Siempre intentamos mandar un mensaje constructivo a los chavales con cada producción. En Los Mosqueperros era el compañerismo, en David el gnomo era el ecologismo…», rememora satisfecho. Mensajes que quizás hoy, entre superhéroes que atacan con mocos a sus enemigos, o niños animados cuya carta de presentación es mostrar el trasero y los genitales cada cinco minutos, muchos padres echen de menos.