Kath (Zay Nuba) ha perdido a su madre, Sara (Susi Sánchez), víctima de una enfermedad que la dejó sin memoria en los dos últimos años de su vida. En esta última etapa, Sara, fotógrafa y periodista de profesión, comenzó a recopilar las fotografías que había hecho por todo el mundo -que apenas recordaba que eran suyas- y a escribir historias a partir de ellas, como una necesidad inconsciente de recuperar su pasado a base de recuerdos imaginados.

En una visita a la casa de sus abuelos, Kath descubre una carpeta con unas fotografías de las revueltas civiles de la Argentina del 2001 realizadas por Sara. En ellas se ve a un chico golpeando con un monopatín un furgón de la policía en una de las manifestaciones. A Kath le inquietan estas fotografías. A su regreso a Buenos Aires, intenta descubrir el origen de las mismas.

 

Director: Fernando Baños Fidalgo

Intérpretes: Zay Nuba, Susi Sánchez, Manuel Campodónico, Héctor Molnar, Francisco Olmo, Esteban Pico, Juan Martín Gravina, Patricia Gorlino

Guión: David Cendrós

Duración: 80′

Género: Drama

Estreno: 15/05/2013

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 1

Amor: 0

Violencia: 2

Sexo: 0

Crítica:

Fernando Baños Fidalgo, director, guionista y coproductor de este título, firma con el mismo su primera incursión en el campo del largometraje. Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Oviedo y en Bellas Artes con Premio Extraordinario por la UCM en 2008, es autor de algunos cortos: Be in TV (2006) y The law without law (2011) que ha exhibido en diversos festivales.

Su filosofía actual está basada en la visión de la imagen como herramienta político-discursiva, pensando en el futuro reviviendo las imágenes del pasado. Sin duda, apoyado en estas premisas, ésta es exactamente la telaraña que ha tejido para el desarrollo de su ópera-prima, puesto que La fotógrafa, película con título sugestivo, es un documento de “vaivén” basado en la curiosidad de una hija por reencontrarse, a través de antiguas fotos, con la memoria de su madre.

De forma expresa, predomina a lo largo de toda la cinta un manifiesto culto a la estética escenográfica de las diversas localizaciones y el protagonismo del sonido ambiental por encima del sucinto diálogo.

Inquietantes los planos iniciales de la cinta, tratados con elegante profesionalidad, suponemos que en completa simbiosis entre el director y el productor asociado Pere Portabella, quien a lo largo de varios títulos propios ya hizo gala de estas personales características.

Por el contrario, y entendemos también que de forma voluntaria, existe una nula definición del mundo interior (y exterior) de la joven protagonista, cuyo carácter personal y la vida que la rodea pasan desapercibidos por completo.

Quizás nos hubiera gustado saber algo más de ella.

 


Fuente: Joaquín Guitart (www.taconline.net)