En 1915, en la Isla de Bastoy, en pleno fiordo de Oslo, se mantiene en funcionamiento un correccional de niños. Bajo un mando despótico, los muchachos entre 11 y 18 años se someten a duras tareas en el campo y en el bosque a un trato extremadamente frío. La llegada de Erling, un joven rebelde que no pretende sujetarse a las férreas normas, supondrá un antes y un después para todos.
Director: Marius Holst
Intérpretes: Stellan Skarsgard, Kirstoffer Joner, Benjamín Helstad, Tron Nilssen, Morten Lovstad
Guión: Dennis Magnusson
Duración: 115′
Género: Drama
Estreno DVD: 23/01/2013
Público: +18
Valoración:***
Contenidos (de 0 a 6):
Humor: 0
Acción: 3
Amor: 0
Violencia: 3
Sexo: 0
Crítica:
En su cuarta película, y primera estrenada en España, Marius Holst rescata un terrible episodio histórico de su país, quizá para llevar a cabo una especie de exorcismo sobre el pasado. Irónicamente, ese mismo territorio alberga hoy en día lo que denominan la “primera prisión ecológica del mundo”. Sin comentarios.
Sobre la película de Holst cabe decir que en 2011 triunfó en los premios Amanda, de la academia de cine noruega. Aunque puede aparentar que es un relato localista, el guión, hábil en hacer suyos los ya inconscientes clichés del drama carcelario, tiene un sabor universal. La película demuestra, una vez más, los efectos perniciosos de un sistema que no reforma al menor, sino que trunca su mirada inocente de por vida. Si algo humano consiguen salvar los jóvenes “internos” es gracias a las tímidas relaciones de compañerismo y amistad entre ellos.
Evidenciado todo esto, La isla de los olvidados se convierte en un duro retrato de abusos (abordados con tacto y fuera de campo), de falta de esperanza y de nula fe en la capacidad sanadora de la libertad ni en la educación de la conciencia en la verdad. El perdón no aparece y la confianza en el ser humano tampoco. Por eso, a pesar de su autenticidad del film no es una pieza fácil de roer.
La fotografía se esmera en dibujar la frialdad de las vidas, al mismo tiempo que la belleza de los fiordos se esconde tras los espantosos sucesos. El guión, sin ser excelente, tiene suficiente potencia justo porque no abunda en lo explícito, y porque dulcifica sutilmente las tramas gracias a unos jóvenes intérpretes, casi todos noveles, que transmiten candor y sufrimiento a partes iguales.
Fuente: Lourdes Domingo (www.taconline.net)