Hay escándalo en los Estados Unidos por una serie adolescente de la MTV, ‘Skins’, que muestra escenas de drogadicción y sexo. El problema es que varios de los actores de la serie son menores, así que la asociación de padres Parents Television Council ha puesto el grito en el cielo. Los productores de la serie dicen en su descargo que «una parte de la juventud es así». Vale la pena traer aquí el asunto porque ese argumento, el de «esto es lo que hay», es muy habitual en boca de nuestros canales cuando tienen que justificar cualquiera de sus múltiples excesos. «Hay una parte de la juventud que es así», nos dicen. ¿Es cierto? Seguramente. Pero también hay una parte de la tercera edad adicta al bingo, una parte de las mujeres que ejerce la prostitución, una parte de los varones que sacude a sus mujeres, una parte de los niños que se caga en los pantalones y una parte de los árbitros de fútbol que se deja sobornar, y no por eso les dedicamos programas de televisión, ¿verdad? Más aún: también hay una parte de la juventud que no se droga nunca, y una parte de la juventud que estudia a conciencia, y una parte de la juventud que va a misa o se marcha a las misiones, y una parte de los hombres (mayoritaria mientras no se demuestre lo contrario) que ama y respeta a sus mujeres, y una parte de las mujeres (igualmente mayoritaria) que ama a sus maridos, y a toda esta gente jamás se le dedica un programa de televisión. Así que vamos a dejarnos de hipocresías, ¿no?

Ese programa de la MTV, ‘Skins’, no retrata a una juventud degradada, adicta a las drogas y al sexo, porque «la juventud sea así», sino porque ese es el tipo de escándalo que le permite hacer negocio. Y si su exhibición influye perniciosamente en el resto de los jóvenes, eso para ellos no es un problema, sino al revés, una ventaja, porque así crecerá el número de potenciales consumidores de basura. Al final la cosa se reduce a lo siguiente: hay quien quiere vivir tumbado y hay quien quiere vivir de pie. Es una lástima que tanta gente en el mundo de la tele quiera vivir tumbado. En España, también.

Fuente: JOSÉ JAVIER ESPARZA (El Diario Vasco, 28.01.11)