Una psicóloga advierte que las menores no están preparadas cognitiva y emocionalmente para ello
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Con la llegada del verano, se hace quizá más patente la imagen de niñas pequeñas vestidas de mayores. Pantalones súper cortos, escotes pronunciados, tops… Esta forma de vestir se ha convertido en una tendencia normalizada pero, ¿puede suponer algo en el desarrollo de la identidad del menor?
En muchos casos, indica la psicóloga y psicopedagoga Laura Cerdán, «se da lo que los especialistas llamamos ‘hipersexualización’ en la infancia: La hipersexualización es la exaltación de los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades«.
¿Qué efectos tiene esa ropa, ese maquillaje, determinados bailes, tan habituales en las redes sociales?
Pueden parecernos graciosos a los adultos sin embargo, la hipersexualización no deja de ser una forma de violencia con terribles consecuencias. Es una problemática social, cultural y psicológica relevante por los terribles efectos que produce en los niños/as, ya que afecta a cómo se construye la propia identidad, basada ésta sobre todo en una apariencia que agrade a los demás; la deshumanización, puesto que a los niños/as se les da valor como objetos sexuales más que como los niños que son; y la aceleración del proceso madurativo. A largo plazo, se ha visto que puede tener efectos terribles como trastornos alimenticios, ansiedad, depresión, formación de una personalidad vulnerable y manipulable«.
Hay otro tipo de progenitores que quieren otro tipo de ropa, encuentran pocas opciones en el mercado y quizás sus hijas sufran un cierto hostigamiento por no ser iguales.
Si, hay opciones, aunque es más habitual en cadenas de ropa encontrar ropa infantil con tendencias de moda adulta. Hay que tener claro que no se trata de los estampados o tipos de tela, sino del diseño de la prenda. Las niñas de 2 o 3 años no necesitan bikinis de dos piezas porque son niñas y su pecho no está desarrollado. De igual manera, las niñas de 8 o 9 años no necesitan bikinis con relleno para simular tener más pecho ni zapatos con un poquito de tacón.
El hecho de querer que nuestros hijos encajen en el conjunto de la sociedad es normal, pero no se debe caer en el «encajar a toda costa». Que una niña vista como una chica mayor porque sus amigas lo hacen también le da un mensaje a esa niña. La autoestima de los niños debe basarse en más cosas a parte del aspecto físico y la apariencia. Una buena autoestima también se forma fomentando un espíritu crítico y respetando los ritmos del menor.
¿Qué consecuencias tiene adelantar etapas?
Cuando el adulto alienta conductas propias de adulto en su peque, está contribuyendo a que el menor represente modelos para los que todavía no tiene madurez ni física ni mental. En el caso de las niñas, la hipersexualización les hace entender que su éxito depende de sus cualidades físicas y hace que busquen la aceptación de los demás a través de su físico. ¿Las consecuencias? Mayores índices de ansiedad, depresión, sentimientos de odio hacia el propio cuerpo y mayor incidencia de trastornos de la alimentación.
¿Qué opinión tiene usted como psicóloga al respecto?
Creo que es una manera de acortar la infancia de los niños/as, de convertirlos en adultos antes de tiempo sin pensar en si están preparados madurativamente para ello. Hablo de la «hipersexualización». Niñas que adoptan poses sensuales al hacerse una foto, niños que reproducen letras machistas de reggaetón y normalizan sus mensajes, niñas pequeñas con tacones o niños con un piercing antes siquiera de empezar a crecerles la barba, etc. Creo que debemos permitir que los niños sean niños. Como adultos, debemos dejar de preguntarles a los niños de infantil si tienen novia, debemos dejar de maquillar a las niñas de 10 años si no es para carnaval, debemos permitir a los niños disfrutar de la infancia, su infancia, pues es su derecho y es una etapa maravillosa, pero breve e irrecuperable.
Esto, ¿a qué se debe? ¿Se ha visto aumentado por la presión de redes sociales, etc…?
Sin duda, la moda y la publicidad tienen una enorme influencia en este fenómeno. A ello se une que la sociedad no es consciente del alcance de esta cultura de la hipersexualización, que cosifica y degrada el valor de los niños/as y jóvenes, volviéndolos vulnerables a la violencia, los abusos y la pornografía.
Cuando veo que los medios alaban el «estilo» de una niña, hablan de trucos y rituales de belleza para niñas, normalizan la hipersexualización de hijas de famosas, me saltan las alarmas. Esta exposición al contenido sexual implícito y explícito, a veces subliminal, acelera el desarrollo natural de los niños/as, empiezan a mostrar interés o a manifestar conductas sexuales que no pertenecen a su edad y para las que no están preparados ni física ni psicológicamente.
¿Vestir de una manera favorece un determinado comportamiento más sexualizado?
Hablamos de ‘adultización’ de la ropa infantil cuando los niños/as (no adolescentes) dejan de vestir como niños/as para vestir como adultos. Por ejemplo, serían las prendas citadas más arriba: zapatos de niña con un poquito de tacón, bikinis infantiles con relleno, prendas de mujer adulta en el cuerpo de una niña… Y en ocasiones, los medios de comunicación, el acceso a internet, los dibujos animados, algunos juguetes, etc., empujan a ello.
¿Tiene consecuencias para el menor?
La respuesta es sí. La ‘adultización’ (y en casos extremos, la hipersexualización) acelera etapas del crecimiento del menor sin que éste esté preparado cognitiva y emocionalmente para ello. El desarrollo de su personalidad puede verse afectado en tanto no están preparados para comportarse como un adulto.