No suelo escribir mucho de series de animación. Más que nada porque cuando me he acercado a ellas he quedado muy decepcionado. Los que nos criamos con series como “La vuelta al mundo en 80 días”, “Inspector Gadget” o “Sherlock Holmes” estábamos acostumbrados a que a los niños no se nos tratase como niños y no como idiotas, algo que sucede habitualmente en la programación infantil actual. Hilda es una de las excepciones.

Con dibujos sencillos que imitan a las viñetas del comic original de Luke Pearson, esta serie británico-canadiense es una de las grandes apuestas de animación de Netflix. Cuenta con una de esas protagonistas aventureras simpática e ingeniosa que tanto éxito han tenido en el público infantil desde “Pipi Calzaslargas” a “Dora la exploradora”. Como curiosidad, “Hilda” vive sola con su madre, un perfil familiar muy utilizado en las películas de Disney.

Los personajes secundarios son de lo más peculiares, desde el Hombre de Madera al elfo Alfur, pasando por esas criaturas gigantes de aspecto terrible pero en el fondo bondadosos. Las historias se entremezclan con originalidad y buen ritmo, con un sentido del humor sano y universal.

La música de la serie es de Grimes, una cantante canadiense que combina voces con música experimental electrónica en un estilo que resulta muy adecuado para la historia.

“Hilda” ha terminado su primera temporada con 13 capítulos que han tenido mucho éxito y han asegurado una segunda temporada que se estrenará en 2020.


  • Calidad del contenido: 3/5
  • Violencia: Todos
  • Miedo: Todos
  • Sexo: Todos
  • Drogas: Todos
  • Conductas imitables: Todos
  • Lenguaje: Todos

Por Claudio Sánchez de la Nieta

Crítico de cine y televisión de iCmedia, Aceprensa y Fila Siete. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.