Creador: Ryan Murphy, Brad Falchuk

País: Estados Unidos

Intérpretes: Jessica Lange, Dylan McDermott, Connie Briton, Lady Gaga, Taisa Farmiga, Kathy Bates, Joseph Phiennes, Angela Bassett

Duración: 5 temporadas; 63 capítulos de 45 minutos

Emisión en España: Cuatro // Fox // Canal Plus

Publico adecuado: Adultos (X+V+D+)

Calificación: 5

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Brillantina esquizoide

Ryan Murphy es un creador de series que indudablemente tiene imaginación y muchas fobias postmodernas. En sus trabajos para televisión (Popular, Glee, Nip-Tuck, The New Normal) hay una constante propaganda de la vida homosexual y una repulsa de la Iglesia Católica digna de una ajustada medicación. En American Horror Story disfruta con su distorsión macabra de personajes monstruosos y viscerales interpretados por un elenco de actores variopinto que van desde Jessica Lange hasta Lady Gaga (ambas ganadoras del Globo de Oro por participar en esta tienda de los horrores).

Cada una de las 5 temporadas de esta serie se sitúa en un escenario distinto que facilita la acumulación de seres infectos: un asilo, un manicomio, un circo, un instituto estricto… Todos estos lugares suelen tener a una monja o a una católica perturbada y radical de directora de orquesta encargada de retorcer la torturada vida de los personajes.

La atmósfera terrorífica de esta serie puede sonar cercana al universo Tim Burton, pero no tiene nada que ver. Ryan Murphy es soez y desagradablemente cruel en su definición de personajes caóticos y sin sentido, que se mueven compulsivamente en busca de saciar sus instintos más primarios y egoístas. En el cine de Tim Burton hay una llamativa amabilidad y una generosa interioridad, la mayoría de veces heroica, de unos personajes marginados por la sociedad. Big Fish, Ed Wood, Eduardo Manostijeras o Charly y la fábrica de chocolate (por decir cuatro obras maestras de este grandísimo genio) están en otra galaxia muy muy lejana del corral de mutantes viciosos que vemos en American Horror Story.

Como en todas las series de Ryan Murphy hay aspectos de aparente brillantez: la originalidad argumental, algunos golpes de humor, el uso del color, la utilización de decorados tenebrosos. Pero todo es tan enfermo y tan ofensivamente dirigido a los de siempre que acaba siendo agotador y repetitivo, digerible sólo para estómagos a prueba de bombas.

Claudio Sánchez