En una primera aproximación, todo en esta serie apunta a The Crown. La familia real británica contemporánea como protagonista, un diseño de producción excelente y un reparto liderado por Claire Foley y Paul Bettany. Nada más lejos de la realidad. La palabra escándalo en el título no es nada arbitraria, más bien es todo una declaración de intenciones. Esta serie pretende ser la versión soez de The Crown y lo consigue en todo momento.

La directora de la serie es la noruega Anne Sewistky, responsable del peor capítulo de Black Mirror (Rachel, Jack y Ashley Too, con Miley Cyrus de protagonista) y un homenaje cinematográfico al incesto titulado Homesick. Ver a dos actores de tanto prestigio en una historia tan enfermiza y artificial es una experiencia dolorosa. A pesar de tener un metraje muy reducido, la trama se hace tediosa y repetitiva, tan banal que se olvidaría instantáneamente si no fuese por la sensación de vacío y maniqueísmo tan intensa que transmiten los personajes.

Firma: Claudio Sánchez