Ahora que hay “teléfonos listos” (smartphones), la “caja tonta” resulta más tonta aún. Los jóvenes, asiduos de los ordenadores personales y dispositivos móviles, se están apartando de ella. Pero no abandonan propiamente la televisión, sino más bien adoptan otra manera de verla.

Según un estudio1 reciente, los jóvenes estadounidenses (13-24 años) pasan más tiempo con Internet (16,7 horas semanales, sin contar el manejo del correo electrónico) que frente al televisor (13,6 horas, menos de la mitad del promedio general, que es de 28 horas). En Francia2, Ipsos encuentra lo mismo entre los chicos de 13 a 19 años: 13,5 horas para la red, 11,25 para la tele.

En Internet, los jóvenes usan las redes sociales, escuchan música, se entretienen con videojuegos, y ven –cada vez más– vídeos en YouTube y sitios similares, así como productos estrictamente televisivos. Los jóvenes son muy aficionados a las series, pero no las ven en el televisor a las horas y con la frecuencia que decida una cadena, sino en Internet cuando quieren y dosificando los episodios a su gusto.

Ellos –y los adultos adictos a la red– favorecen un cambio en el modo de ver televisión similar al que adoptaron en el disfrute de la música al pasar de los discos a las descargas. Ahora quieren también elegir su menú audiovisual en un catálogo abierto, con tarifa plana o prepago, sin tener que gastar dinero en programas que no les interesan, y tenerlo disponible cuando quieran y en sus distintos dispositivos –PC, tableta, teléfono móvil–, no solo en el televisor. Es una experiencia muy distinta a la clásica de la televisión emitida por las cadenas.

 

Los jóvenes dedican más tiempo a Internet que al televisor

En pantallas pequeñas y grandes

Pero la televisión “desencadenada” no está atada tampoco al ordenador personal, ni a las tabletas o teléfonos celulares: los aparatos con que solemos conectarnos a Internet. Se ve mejor en pantalla “grande”, la del televisor.

De las distintas fórmulas de televisión por Internet (TVI), la llamada IPTV (TV transmitida mediante protocolo de Internet), de hecho no suele ofrecer hasta ahora una experiencia distinta de la suscripción por cable o satélite. Dan un paquete de canales y productos de televisión a la carta, principalmente cine y eventos deportivos.

Los televisores “listos”, conectados a Internet, combinan la televisión convencional y contenidos audiovisuales en la red. Esta “televisión híbrida” es, en principio, la mejor solución, y la está promoviendo un consorcio internacional que desarrolla una norma técnica, HbbTV (Hybrid Broadcast Broadband TV), para unificar los sistemas.

 

Sony, de acuerdo con Viacom, e Intel proyectan nuevas televisiones por Internet

Nuevo mando a distancia: el iPhone

De momento, es más común la TVI por medio de aparatos conocidos como streamers. El más popular es Apple TV, una computadora dentro de una cajita que por un lado se conecta a Internet y por el otro, al televisor. Permite acceder a la cuenta del usuario en iTunes Store para ver en la pantalla los productos disponibles en la tienda. Google TV es lo mismo, solo que la tienda es Google Play (antes Android Store).

También son buenos streamers las videoconsolas, potentes computadoras con enorme capacidad de procesar gráficos, que están presentes en muchos hogares, y no sirven solo para videojuegos. Como están preparadas para conectarse a Internet, si se les añade alguna aplicación específica, permiten hacer uso de videotecas en la red.

Los streamers pueden servir para ver la web: sitios de audiovisuales o cualesquiera otros. Apple TV permite mandar al televisor lo que uno ve y oye en su iPad o iPhone. A finales de julio pasado, Google sacó al mercado su producto equivalente, Chromecast. Se parece a un pen drive que se enchufa al puerto HDMI del televisor, donde muestra la imagen y el sonido que recibe por WiFi de un dispositivo conectado a Internet. Es compatible con tabletas y móviles Android, y también con los de Apple. El resultado es que uno usa Internet, con todas las posibilidades de su dispositivo manual, y lo ve en la pantalla del televisor; el mando a distancia es su tableta o móvil.

 

En Estados Unidos, bajan las suscripciones a la TV por cable o satélite y suben las conexiones a Internet

Faltan contenidos

El problema de estos sistemas, fuera de la IPTV, es que no tienen programas estrella. La televisión híbrida requiere que la banda ancha esté más difundida, mediante redes de fibra óptica, para que salga rentable a los operadores ofrecer los productos televisivos más demandados, que son caros. Igualmente, Apple TV y similares tienen programas de archivo –por ejemplo, las temporadas anteriores de series–, pero no productos de estreno.

Esto puede empezar a cambiar, si prosperan en Estados Unidos dos nuevos proyectos de TVI.

Según el Wall Street Journal3 (no hay confirmación oficial), Sony y Viacom han alcanzado el primer acuerdo para dar por TVI lo mismo que por las suscripciones a cable o satélite; en este caso, los populares canales de Viacom: MTV, Comedy Central, Nickelodeon… Se verán, para empezar, con la PlayStation o televisores inteligentes de Sony; más tarde, en otros aparatos –teléfonos, tabletas– de la misma marca.

También Intel quiere comenzar antes de fin de año su TVI: será como un servicio de cable virtual que almacenará en la nube todo lo que se emita por televisión, para que los abonados vean cualquier programa cuando gusten. Vendría a ser como lo que hace Aereo4 con la televisión terrestre en abierto.

Hay más proyectos. Amazon, que tiene en su servicio Instant Video un germen de TVI, tampoco dispone de licencias de programas que se dan en exclusiva a los operadores de cable, pero pretende crear sus propias producciones originales. Sería una repetición de su trayectoria en el mercado del libro digital, donde ha acabado por hacerse editor.

Baja la TV de pago, sube Internet

La dificultad que encuentran los nuevos servicios de TVI para obtener programas de primera fila de debe en parte a los operadores de cable y satélite. Los contratos de estos con las cadenas incluyen cláusulas que estorban la entrada de rivales, como penalizaciones por no conceder la licencia en exclusiva, o no permitir que a otro distribuidor se vendan los derechos más baratos. De hecho, Intel está encontrando fuerte oposición5 a su proyecto; que se sepa, aún no ha conseguido licencias de ningún canal. El Departamento de Justicia de Estados Unidos estudia si tales contratos son contrarios a la libre competencia.

En todo caso, esas políticas no están sirviendo a los operadores para frenar el descenso de su clientela. La televisión de pago en Estados Unidos (cable, satélite, ADSL) perdió 366.000 abonados6 en el segundo trimestre de este año. En el mismo periodo, el número de conexiones a Internet subió en 400.000; ¿serán para ver televisión?

Fuente: www.icmedianet.org