Con 25 años de retraso se estrena en España la ganadora del gran premio del Jurado en Cannes y de seis premios César, incluidos los de película y director. Se cuenta la vida de santa Teresa de Lisieux, y en el guión del propio director y de Camille de Casablanca hay grandes aciertos pero también deficiencias llamativas.

008therese_CIDirector: Alain Cavalier

Guión: Alain Cavalier, Camille de Casablanca.

Intérpretes: Catherine Mouchet, Aurore Prieto, ClémenceMassart.

Duración: 90 min.

Género: Historia, Biografía

Estreno: 28-1-11

Público: Adultos.

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 4): Humor 1, Acción 0, Amor 4, Lágrimas 2, Violencia 0, Sexo 0

Crítica

La película es bellísima, por las interpretaciones de un reparto brillante, por la colosal fotografía de Philippe Rousselot, por la puesta en escena austera y minimalista pero tremendamente esencial y por eso poderosa, por el audaz montaje que va sumando cuadros en una apertura memorable. Catherine Mouchet compone una Teresa que responde a lo que leemos en su Historia de un alma. Será bueno recordar que esta obra no es una autobiografía al uso sino un escrito impresionista que Teresa redacta por obediencia a su superiora, su hermana Paulina, que la anima a escribir con libertad recuerdos y experiencias de su vida antes de ingresar en el Carmelo y durante los pocos años que estuvo allí, antes de morir con 24 años por una tuberculosis.

El problema de Thérèse radica en algunos brotes de racionalismo –en algún momento ciertamente condescendiente– que pueden resultar irritantes, porque suponen acercarse con brocha en vez de pincel a un alma delicadísima y llena de ingenuidad, pero metida en la forja del dolor y la renuncia durante toda su vida. Una mujer, muy alegre y sencilla, en ningún momento subsumible en el estereotipo de mujer infantil o poco profunda. Teresa es una mujer de extraordinaria fortaleza, que ha enseñado a millones de personas a seguir el camino de la infancia espiritual en el trato con Jesucristo, y eso en la película no termina de estar claro: los que no conozcan a Teresa pueden formarse una imagen suya un tanto distorsionada.

Con todo, si se salvan algunas simplificaciones toscas (ese retrato chocante y morboso de una amistad particular), los que conozcan la vida y los escritos de Teresa –siempre con un pie en Nazaret y otro en el Calvario– disfrutarán y se quedarán con el grano de una cinta muy notable que tiene algo de paja.

Fuente: Alberto Fijo (Aceprensa, 26 Enero 2011)