Un escenario neutral. Tierra de nadie. Un hombre sentado en una silla, hablando sobre su vida. En sus años jóvenes, fue soldado en un comando de élite portugués durante las guerras coloniales entre Mozambique y Angola. Tras la Revolución Carmesí, trabajó como guardaespaldas en Portugal y luego como mercenario de la CIA en El Salvador, hasta terminar asesinando por encargo de los GAL, la organización anti-vasca clandestina.

La monstruosidad de las atrocidades que describe se contrapone al minimalismo formal de la película y a la manera en que el personaje se presenta a sí mismo. Permanece impasible cuando describe los detalles brutales, hace comentarios mordaces sobre la historia política contemporánea, cuenta chistes y fanfarronea.

 

Sus sentencias están numeradas, formando la base del estudio y la reflexión por parte de la directora. Una tarea llevada a cabo en terreno resbaladizo: datos y ficción, memorias y fantasías, confesiones y descripciones íntimas de la persona se suceden unas a otras.

La veracidad y la identidad están cada vez más puestas en duda. Este tenso, inquietante protocolo cinematográfico de una existencia velada evoluciona en una compleja investigación de las bases y fronteras de la cinematografía del documental.

 

Director: Salomé Lamas

Intérpretes: Paulo de Figueiredo, Chiquinho, Alcides

Guión: Salomé Lamas

Duración: 72′

Género: Documental

Estreno: 31/05/2013

Público: +18

Valoración: *

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 0

Amor: 0

Violencia: 5

Sexo: 0

Crítica:

Todavía estupefactos ante las atroces barbaridades, asesinatos por encargo e innumerables felonías relatadas por su supuesto autor con la mayor desvergüenza, ante una cámara de cine durante 72 bochornosos minutos, nos preguntamos: lo que cuenta el protagonista ¿realmente lo ha hecho él? Y si no es así, ¿qué valor tiene el documento?

Es notorio que las acciones en sí ya forman parte de la triste historia de cada país donde fueron “ejecutadas” (valga el verbo), pero también lo es que su divulgación no aporta nuevos detalles a los violentos hechos acontecidos.

Realmente ¿qué pretende la joven directora portuguesa Salomé Lamas al intentar desvelar unos hechos que ya todo el mundo conoce, sin poder certificar con toda credibilidad su autoría? Creemos que esta circunstancia, sin que neguemos la existencia de aquellas violentas acciones, desvirtúa la validez del documental. Y es que estamos hablando de un documental y no de una película de ficción.

La verdad es que un individuo sentado en una silla narrando, uno por uno y con todo escabroso detalle, los supuestos asesinatos por encargo que ha cometido a lo largo de su vida, puede que sea “cine denuncia”. Pero ello, a nuestro entender, requiere que el testigo sea auténtico. Si no lo es, o hay dudas, seguimos estando en tierra de nadie.

 

 


Fuente: Joaquín Guitart (www.taconline.net)