• Análisis por  J. Carlos Amador de CONTRASTE

Forza Horizon 5 arcade de velocidad tan bueno en lo jugable como en lo visual. ¿Preparados para visitar México como nunca antes?


La crítica del principiante

Hablar de Forza es hacerlo de uno de los mejores juegos de carreras de todos los tiempos. Desde 2005 (cuando se publicó la primera entrega), quedaron asentadas las bases del juego: realismo absoluto y gráficos increíbles. Más adelante, la saga se bifurcó en dos ramas: Horizon Motorsport. La primera de ellas -que es la que hoy analizamos-, está más enfocada al arcade y al juego directo; la segunda, al simulador puro y duro. Así es Forza Horizon 5.

Manteniendo la misma base

Los fans de Forza Horizon podéis estar muy tranquilos, porque esta quinta entrega no es solo una actualización mejorada de la cuarta, sino que verdaderamente supone todo un salto generacional, y eso es mucho decir. La base, eso sí, se mantiene intacta: kilómetros y kilómetros por recorrer, hasta 11 biomas diferentes en los que pilotar, multitud de eventos en los que participar y una gran cantidad de tareas extras por completar.

De nuevo, todo se basa en un mundo abierto. A medida que superamos nuevos retos obtendremos ítems y dinero con los que mejorar los coches o comprar nuevos (ofrece un garaje con más de 500 vehículos), al mismo tiempo que desbloqueamos nuevos desafíos en otras categorías. Las pruebas que nos esperan son muy variadas. Des carreras con tráfico de por el medio, pasando por pruebas de velocidad clásicas o incluso competiciones por la ladera de un volcán. En resumen, en Horizon 5 cabe todo lo que podáis imaginar para un arcade de velocidad. Además, no podemos dejar de comentar la cantidad de tareas extras disponibles, como conducir vehículos sin abollaros, comprar casas, batir récords de velocidad, encontrar y destrozar carteles o buscar vehículos abandonados.

Un arcade muy completo

Recordemos que Horizon es la vertiente más “desenfada” de la saga Forza. Esto quiere decir que no es un simulador, aunque tampoco un arcade puro como Need for Speed. Podríamos decir que estamos ante un juego más parecido a Dirt que a Gran Turismo. Esto se traduce en que prima más la diversión que el realismo pero que también es bastante exigente. En resumen, Horizon 5 tiene un control exigente pero adaptable a nuestras preferencias. Lógicamente, si desactivamos todas las ayudas, el resultado será mucho más realista, pero por defecto es relativamente sencillo de manejar. Sea como sea, no estamos ante un título de un realismo jugable similar al de Forza Motorsport o a un Assetto Corsa.

Un Dakar mejicano

Además de la excelente propuesta jugable de Horizon 5, gráficamente está al nivel de los mejores. Tras pasar por Colorado, la Costa Azul, Surfers Paradise y Gran Bretaña, en esta ocasión visitamos México. Nos encontramos con un amplísimo mapa en el que podremos distinguir una gran variedad de ecosistemas o zonas jugables -cada una con unas características propias que afectan directamente a la conducción-. Así, por ejemplo, pasaremos por zonas más desérticas, otras más selváticas, playas o, como decíamos antes, la ladera de un volcán. Cada escenario está repleto de naturaleza perfectamente recreada, ciclos de día-noche y efectos visuales muy bien trabajados. Los escenarios lucen perfectamente. Y los paisajes -montañas, lagos, desiertos… – están mucho muy realizados.

Lo mejor:

Realismo y belleza visual.
La jugabilidad está depurada al máximo.

Lo peor:

Algunos eventos son algo sencillos, por ponerle algún defecto.

Conclusiones:

Forza Horizon 5 es un excelente arcade de carreras que mantiene todo lo bueno de la anterior entrega y lo potencia al máximo. Ofrece horas y horas de diversión gracias a la cantidad de eventos principales, tareas secundarias y extras escondidos por el extenso mapa.

Respecto a su contenido, estamos ante un catalogado para todos los públicos. Eso sí, pese a ser un arcade, tiene su punto de dificultad, así como una propuesta que puede abrumar por la cantidad de contenido offline y online. Consideramos que lo disfrutará más el público adolescente y adulto.