ESTRENO EN CINES EL 29/10/2010

Año de producción: 2010

País: España, Reino Unido

Dirección: Gustavo Ron

Intérpretes: Alex Etel, Ben Chaplin, Ella Purnell, Emilia Fox, Greta Scacchi, Phyllida Law, Robbie Kay, Natalia Tena

Argumento: Sally Nicholls (novela «Ways to Live Forever»)

Guión: Gustavo Ron

Música: César Benito

Fotografía: Miguel P. Gilaberte

Distribuye en Cine: European Dreams Factory

Duración: 95 min.

Público apropiado: Jóvenes

Género: Drama

Por Decine21

VivirparasiempreSegundo largometraje de Gustavo Ron, el autor de Mía Sarah, pero este dato es completamente irrelevante. Es cierto que con aquella comedia apuntaba maneras, y lograba hacer reír a ratos, a pesar del desigual reparto, y algunos errores de principiante. Cualquier espectador que tenga esa película en la cabeza, se encontrará ahora con un sentido drama, rodado en inglés, con localizaciones en Newcastle, y que además está dirigido por un Gustavo Ron que ha pasado directamente de tercera regional a la primera división.

«Lista número uno: Cinco hechos sobre mí. Uno, me llamo Sam; dos, tengo once años; tres, recopilo historias y hechos fantásticos; cuatro, tengo leucemia; cinco, cuando veáis esto probablemente ya estaré muerto». Así empieza el relato de las andanzas del protagonista, un chico enfermo al que no le queda mucho tiempo de vida, que aconsejado por su abuela, sigue el camino de aquellos autores que han querido perpetuarse a través de sus obras. Así, empieza el rodaje de una película y un libro, en el que cuenta la relación con su familia, su amistad con el rebelde pero en el fondo entrañable Felix, un chico de su edad, y los deseos que le hubiera gustado ver cumplidos.

El propio Gustavo Ron se ha encargado del guión, que adapta la novela titulada en español «Esto no es justo», debut de la escritora Sally Nicholls. Publicado en enero de 2008, tiene puntos en común con la película de Isabel Coixet Mi vida sin mí, de 2003, también centrada en una familia, y con un protagonista -en este caso un niño- que ha hecho la lista de las cosas que tiene que hacer antes de morir. Quizás por eso, Ron ha escogido un estilo que recuerda muchísimo al de los directores independientes americanos, como el cine de la propia Coixet, con detalles muy en esa línea como unos rótulos que con unas flechas señalan al espectador quiénes son los personajes principales.

Se le puede achacar -y de hecho le atacarán por ahí- que el film tiende demasiado hacia el sentimentalismo, con algún «te quiero» demasiado evidente, y un epílogo cantado que sobra. Sin embargo, es ‘pecata minuta’ ante los grandes hallazgos del film. Resultan todo un logro las secuencias en las que el protagonista va resolviendo los deseos imposibles de su lista, como batir un récord Guinness, o (posiblemente la mejor) ver las estrellas desde una nave espacial.

Gustavo Ron repite con el montador de Mia Sarah, Juan Sánchez, y el mismo músico, César Benito, mientras que el director de fotografía, Miguel P. Gilaberte, también trabajó en el equipo técnico en esa cinta. Todos parecen bastante inspirados hasta el punto de que la factura de la película es de primera. También está a un nivel increíble el reparto, en el que brilla con luz propia el joven británico Robbie Kay (Álex), tan conmovedor que seguramente hará carrera como actor. Ben Chaplin -quizás el más conocido del elenco- está sobresaliente, especialmente en el segmento del  film que aborda las relaciones paternofiliales. También Greta Scacchi y Phyllida Law están a la altura y los demás niños del reparto.

Acumula momentos de altura, como el cuento de fantasmas de la abuela, y otros que no conviene desvelar. Se centra en las relaciones familiares en situaciones difíciles, la amistad, el descubrimiento del amor, aunque desde el título, Vivir para siempre, queda claro que tiene como tema central el que más se ha repetido a lo largo de la historia de la literatura y el arte: la muerte. Es un niño, el personaje central, el que se pregunta sobre el sentido del dolor, la existencia de Dios, o cómo es posible que mueran los niños. A estas cuestiones de calado el chico no puede lógicamente responder, ni el espectador tampoco, pero se quedará pensativo cuando termine la proyección.