Para todos los gustos (2000)

Saber abrirse

Tres entornos muy dispares. Uno lo forman un chófer y un guardaespaldas, a los que interesa el fútbol y las conquistas amorosas. El segundo lo constituye su jefe Castella, un empresario patán y bastante ignorante, que se enamora de una culta actriz de teatro. Ésta le introduce en un tercer grupo, el de los intelectuales ‘listillos’, que se burlan de su ignorancia.

Ha sido candidata al Oscar al mejor film extranjero. Es divertidísima, en la línea de La cena de los idiotas. Y hace una reflexión ligera pero atinada acerca del viejo dicho “Sobre gustos no hay nada escrito”. Y es que, como comenta la directora, guionista y actriz Agnès Jaoui, “Hemos partido de la constatación de que nuestras relaciones, amigos, maridos…corresponden en el 99’9% de los casos a gente del mismo entorno. Esto se produce pese a la amplitud de miras que en ocasiones decimos poseer o nos esforzamos por adquirir”.