Aburrido de su trabajo como entrevistador de candidatos en una universidad de Nueva York, Jesse viaja a la facultad en la que estudió para asistir a la cena de jubilación de su profesor favorito. Allí conoce a una joven estudiante (19 años), Zibby, con la rápidamente conecta intelectual y emocionalmente. Empieza así, entre ellos, una relación epistolar que quizá vaya a más a pesar de la distancia en kilómetros y edad.

Director: Josh Radnor

Intérpretes: Josh Radnor, Elizabeth Olsen, Richard Jenkins, Allison Janney, Elizabeth Reaser, John Magaro, Zac Efron

Guión: Josh Radnor

Duración: 97′

Género: Comedia, Drama, Romántica

Estreno DVD: 10/07/2013

Público: +16

Valoración: ***

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 2

Acción: 1

Amor: 2

Violencia: 0

Sexo: 1

Crítica:

El arranque del film o al menos su argumento parcialmente explicado arriba induce a error. Induce a prejuzgar la película como una historia más sobre lolitas que deslumbran a maduros acomodados en su estilo de vida. Sin embargo, Josh Radnor demuestra, por segunda vez, que puede alterar el anquilosado y estéril género de la comedia romántica, con inteligencia, algo más de humanismo y un toque indie.

El actor, famoso por su protagonismo en la sitcom Cómo conocí a vuestra madre, dio el paso a guionista y director en una cinta de características similares a Amor y letras. Happythankyoumoreplease ofrecía una historia que tenía su punto de previsible, pero también ciertos momentos en los que salía del molde. Así transcurre Amor y letras, con Radnor a la cabeza, y uno de los mejores secundarios (y protagonistas) del cine actual, Richard Jenkins, actuando de enlace entre ambos films.

Temas como la madurez se abordan desde varios prismas que enriquecen el conjunto: la crisis de la jubilación (el miedo a sentirse inútil), de la mediana edad (no haber llegado a lo que uno proyectó) y la juventud (querer madurar a base de acciones y no decisiones).

Pero sobre todo, Amor y letras retrata con simpatía y cierta profundidad la diferencia entre los destellos del enamoramiento y las canas y arrugas del amor; y también la pasión auténtica por la literatura, que va más allá del gusto y satisfacción subjetiva.

Con estos paralelismos y antítesis, como la de Nueva York y Gambier (en Ohio, estado originario de Radnor), la película transcurre entre divertidos diálogos, que se atreven con reflexiones nostálgicas pero perennes, frescas interpretaciones, secundarios interesantes y no meramente instrumentales, y algún momento de trivialidad dentro de unas tramas que, precisamente, parece que huyen de eso mismo.

Amor a las letras y amor a la vida parece que transmite el film de Josh Radnor, algo que el guión encuentra en lo más corriente y silencioso de la vida del protagonista.


Fuente: Lourdes Domingo (www.taconline.net)