Disney Channel (16.00h)   81 min. | Aventuras Público apropiado: Todos Año: 1999 País: EE.UU. Dirección: Rob Minkoff Intérpretes: Geena Davis, Hugh Laurie, Jonathan Lipnicki, Connie Ray, Allyce Beasley, Harold Gould   ¿Qué es mejor ser, cola de león o cabeza de ratón? El ratoncito Stuart Little lo tiene claro. Él es quien es. Y está muy orgulloso de su condición ratonil. De modo sencillo, sin didactismos empalagosos o demasiado obvios, el film defiende el derecho de todos a ser de determinada forma. A hacer valer aquello de que “cada uno es hijo de su padre y de su madre”. Estamos ante un film encantador, pensado con rara inteligencia para el público familiar. La escena en que el matrimonio Stuart acude al orfanato para adoptar un niño es paradigmática a este respecto. Aportación del guionista M. Night Shyamalan (El sexto sentido), es un golpe sorpresa que engancha al espectador: marido y mujer observan a los niños variados que pululan por ahí, y cuando ven a un ratoncito solo y triste… no manifiestan extrañeza. Tampoco cuando se pone a hablar, y les explica que ningún humano quiere adoptarle por ser de otra especie. Historia entrañable –o sea, con entrañas–, comparable a las dos entregas de Toy Story, en el sentido de que, por muy maravillosa que sea la animación, esos films tienen entidad por sus personajes y lo que les ocurre. Rob Minkoff, que codirigió El rey león, lo ha entendido perfectamente, y envuelve la historia de una atractiva atmósfera, mágica e irreal, en la que parece que el tiempo se haya detenido.   Firma: Pablo de Santiago