Ficha: 100 min. | Animación Público apropiado: Todos Año: 2016 País: EE.UU. Dirección: Mike Thurmeier, Galen T. Chu La vida en la tierra prehistórica es muy plácida para Manny, Sid y Diego, aunque cada uno de ellos tiene sus problemillas. Manny no se lleva muy bien con su futuro yerno, con el que su hija planea irse a recorrer el mundo; Diego y su “chica” dudan acerca de si están preparados para formar una familia; y Sid se siente muy solo sin una compañera con quien compartir su vida. En esas estamos cuando una serie de acontecimientos cósmico-espaciales amenazarán con la destrucción de la Tierra. Nuestros amigos y su pandilla tendrán que idear una solución para que el planeta no salte por los aires. Quinta entrega de las aventuras del mamut Manny, el perezoso Sid, el tigre dientes de sable Diego y demás compañeros de la prehistoria, que pululan por una tierra salvaje haciendo alarde su improbable amistad. En este caso dirigen Mike Thurmeier y Galen T. Chu. El primero ya codirigió la entrega anterior, Ice Age 4: La formación de los continentes, sustituyendo a Carlos Saldanha, mientras que Chu ha formado parte del departamento de animación en las anteriores películas. Aunque mantiene un correcto nivel, Ice Age: El gran cataclismo sabe a poco y da muestras de que las ideas se agotan. Ambos directores consiguen que la historia entretenga –sobre todo si el público es infantil–, pero se echa en falta un guión menos simplón y mayor imaginación en el tramo final, mientras que muchas de las situaciones graciosas y malentendidos entre personajes resultan ya repetitivas. Y visualmente los dibujos no sorprenden, dado el nivel de otras producciones. Eso no quita que las boberías del atontado perezoso Sid tengan su gracia, y que, por supuesto, algunos chistes de la pareja de dientes de sable funcione o de que gusten los gags a propósito de la fuente de la eterna juventud. Destaca la pirada y pirata comadreja Buck, quien se las tendrá que ver con unos malvados pajarracos en una de las secuencias más divertidas y vertiginosas de la película. Y también se tocan temas interesantes, como la necesidad de dejar marchar a los hijos para emprender su propio camino. De todas maneras, seguramente lo mejor de Ice Age: El gran cataclismo sean las apariciones de la querida ardilla Scrat. Esta vez el nervioso animalejo es más protagonista que nunca, con un largo prólogo que hará las delicias de los aficionados. Y es que sus estrambóticas peripecias espaciales, con un gag tras otro al más puro estilo slapstick del cine mudo, serán capaces de generar el cataclismo del título. Es imposible no reírse con sus despropósitos y su terrorífica ansiedad por no separarse de su ya celebérrima bellota. Firma: Pablo de Santiago