Ficha:
118 min. | Drama
Público apropiado: Jóvenes
Año: 2015
País: Canadá, Irlanda.
Dirección: Lenny Abrahamson
Intérpretes: Brie Larson, Jacob Tremblay, Joan Allen, Sean Bridgers, William H. Macy, Cas Anvar, Tom McCamus, Amanda Brugel, Joe Pingue, Wendy Crewson
Parte del desafío de una película que arranca con una situación desconcertante, que no se acaba de entender, consiste en que el director logre entregar los elementos suficientes para que el espectador comprenda en un tiempo razonable qué es lo que está viendo. El irlandés Lenny Abrahamson, que adapta una novela de Emma Donoghue convertida en guión por ella misma, tiene el mérito de afrontarlo con éxito.
En efecto, seguimos a una madre y a su hijo Jack, que da la impresión de que hacen toda su vida dentro de una habitación, que no tiene más luz natural que la que entra por una claraboya. Allí comen, hacen ejercicio, juegan, ven la tele… No sabemos cómo han llegado hasta ahí, podríamos pensar que están en un refugio nuclear o algo así. Pero descubrimos que de vez en cuando les visita un tipo, el viejo Nick, que les provee de alimentos y algunos enseres. También notamos que Jack desconoce cómo es el mundo real, o la sustancia que esconden las imágenes de la pequeña pantalla, en lo que parece una variación del mito de la caverna de Platón: pues podemos llegar a creer, como en el viejo relato, que las sombras constituyen la auténtica realidad. Finalmente tenemos la convicción de que están encerrados contra su voluntad, que llevan así años, y que la madre ha trazado un plan que les permita la huida.
Si algo define esta historia, que se diría libremente inspirada en el cautiverio y liberación de la austríaca Natascha Kampusch, es la sutileza, los sobreentendidos, el logro de evitar subrayados innecesarios, la elegancia ante lo que podía ser sórdido y truculento hasta el extremo. Se abordan muchas cuestiones en muy poco tiempo, y nunca dan la sensación de estar metidas con calzador. Además Abrahamson logra plasmar en imágenes de modo maravilloso el formidable contraste entre el espacio claustrofóbico de la habitación, y el mundo exterior que se diría nos vuelve la atmósfera respirable, en un momento mágico.
Y apunta las dificultades de una educación en circunstancias traumáticas, se diría que el mundo avanza de modo distinto dentro y fuera de la habitación, y que pasar al otro lado lleva consigo el pago de un precio, tanto para los cautivos como para los familiares que han vivido demasiado tiempo la angustia de una inexplicable separación. También la idea de que un hijo tenido en circunstancias nada idóneas pueda darte la vida y la esperanza resulta tremendamente sugerente.
El punto de vista que se nos ofrece es el de Jack, su voz en off puntúa en unos cuantos momentos el relato. El niño actor que lo interpreta, Jacob Tremblay, resulta completamente natural, qué gran trabajo, mientras que Brie Larson, que encarna a su madre, están tan estupenda como en Las vidas de Grace, donde también trataba con chavales. El resto de personajes son claramente secundarios, pero los actores que los interpretan los bordan, ya sean los más conocidos Joan Allen y William H. Macy, los abuelos del niño, u otros como Tom McCamus, el nuevo compañero de la abuela.
Firma: José María Aresté