Ficha: 118 min. | Drama Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: EE.UU. Dirección: Jim Jarmusch Intérpretes: Adam Driver, Golshifteh Farahani, Kara Hayward, Sterling Jerins, William Jackson Harper, Barry Shabaka Henley Una auténtica joya fílmica, compuesta a partir de la vida cotidiana, poesía que sigue la pista a un poeta urbano que a su vez lee y ama la poesía, de nombre Paterson, igual que la ciudad del medio Oeste estadounidense donde se gana la vida conduciendo un autobús de línea. Allí tiene su hogar con su esposa Laura, a la que ama tiernamente. Es muy comprensivo con los afanes artísticos de ella, algo veleidosos, sus diseños en blanco y negro, o su deseo de aprender a tocar la guitarra para llegar a ser cantante country, aunque tengan que comprarla con un curso que para su economía se acerca un poco al lujo; o con la mascota de la casa, el bulldog Travis, al que le toca sacar a pasear. Estructurada la trama rítmicamente a lo largo de una semana, con la rutina diaria de Paterson, dentro del ciclo habitual en que consiste la jornada –levantada, paseo hasta el trabajo, intercambios dialógicos con los colegas, conducción, vuelta a casa, paseo del perro, cerveza en el bar…–, siempre hay elementos que aportan la novedad –comentarios de uno u otro pasajero, una avería, sucedidos entre los que frecuentan el bar, ir a ver una película de cine en blanco y negro…–. En cualquier caso, el observador Paterson se muestra inspirado por lo que ocurre a su alrededor, y en su cuaderno secreto de notas, escribe sus poemas, que sólo conoce Laura, que los aprecia mucho, por lo que le insta a darlos a conocer al mundo. Con estos mimbres Jim Jarmusch logra algo prodigioso, que lo ordinario se vuelva extraordinario, contagia al espectador la visión tranquila y artística del protagonista, de lo que acontece a su alrededor. Y no suceden grandes cosas, pero en la épica de lo cotidiano, hay espacio para la ternura, la sonrisa, las risas y el drama; y por supuesto para la inspiración y la creación artística. Además, en su devenir Paterson encuentra personas con las que empatiza, y a las que escucha, creando una solidaridad lacónica pero muy expresiva, él entiende al otro. Ese paisaje humano está muy bien interpretado, por el protagonista Adam Driver –curiosamente su apellido alude a su profesión, igual que el de su personaje de ficción al de la ciudad donde vive y a la obra principal de un famoso poeta americano–, y por el resto de personajes, desde la más presente, su esposa –la iraní Golshifteh Farahani–, al enamorado no correspondido Everett –William Jackson Harper–, el barman Doc –Barry Shabaka Henley–, etcétera. Y también, lo que supone un gozo enorme, el protagonista se encuentra con otros artistas como él, momentos fugaces compartidos con otras personas –la niña poetisa, el rapero de la lavandería, el ocasional visitante japonés admirador de la poesía de William Carlos Williams, nativo precisamente de Paterson, donde ejercía como médico… Lo que al final supone una expresiva declaración de que todos podemos ser artistas, basta con mirar al mundo, descubrir su belleza y contarlo. Tan sencillo –y tan difícil– como eso. José María Aresté