Fuente: interaxiongroup

Nueve horas al día. Ese es el tiempo promedio (sin contar deberes escolares) que pasan los jóvenes utilizando la tecnología. Esa es la conclusión a la que llegó el último censo de Common Sense Media realizado hace un par de años. Aunque el dato puede dejar frío a más de uno, la verdad es que, además del mero rebajar la cantidad, un camino para ayudar a los jóvenes puede ser el de mejorar la calidad.

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Por eso, aprovechando que 2018 recién está comenzando, estos primeros días del año pueden ser buena ocasión para plantear en familia algunas metas que ayuden a aprovechar mejor la tecnología, de modo que esas horas que pasamos delante de las pantallas sean verdaderamente fructíferas.

 

Algunas ideas podrían ser:

Conversar más y mejor. Aunque es un consejo sabido, y es la idea a la que siempre acuden expertos como Sherry Turkle, siempre se puede profundizar más. No hace falta ser un experto en Instagram o en Snapchat para plantear preguntas a nuestros hijos (porque también se puede aprender de ellos).

Poner las redes en perspectiva. Pasar nueve horas al día delante de la tecnología no es lo mismo que pasar nueve horas divirtiéndose. Siendo sinceros, hay que reconocer que muchos de los jóvenes pasan tanto tiempo delante de las pantallas simplemente para combatir el aburrimiento. Precisamente, gracias a la conversación con ellos, se les puede ayudar a descubrir otros modos de disfrutar su tiempo libre.

Fomentar el aprendizaje. Internet es un gran lugar para aprender. Tutoriales de Youtube, charlas TED, videos de clases universitarias … existen miles de maneras de desarrollar habilidades a través de Internet.

Poner un horario y tener zonas de la casa libres de conexión. El orden espacial y temporal siempre es una gran ayuda para aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología. Si todos tenemos claro cuál es el momento y el lugar adecuado para cada cosa, será mucho más fácil valorar si esas nueve horas de uso diario de la tecnología están siendo bien aprovechadas.

Avivar el pensamiento crítico. En la época de fake news y posverdad, es bueno aprovechar esas coyunturas para fomentar en los más jóvenes la capacidad de hacerse preguntas: ¿quién dijo eso? ¿en qué se fundamenta para decirlo? ¿cuáles son sus fuentes? ¿estás de acuerdo con eso? ¿Por qué sí y por qué no?

Poner el énfasis en el contenido positivo. Mucha gente hace cosas buenas y las transmite a través de Internet. Poner la lupa sobre esos casos ayuda a ser optimista y motiva a los más chicos a querer hacer cosas buenas por los demás en el mundo real.