Victor (Colin Farrell) es la mano derecha del señor del crimen Alphonse (Terrence Howard), quien vive amenazado por un asesino que está acabando con los miembros de su banda uno a uno. En medio de esta situación, Victor conoce a Beatrice (Noomi Rapace), una misteriosa francesa que vive en su mismo edificio y por la que comienza a sentirse atraído. Pronto descubre que Beatrice no es la mujer que dice ser, sino la víctima de un crimen en busca de venganza. Pero ella también descubrirá que Víctor tampoco es el hombre que dice ser, sino alguien que pretende vengarse por la muerte de su mujer y su hija, años atrás. Y cuando estas dos personas heridas y obsesionadas se juntan, la intensidad de su relación les llevará a ejecutar un oscuro y violento plan de venganza.

 

 

Director: Niels Arden Oplev

Intérpretes: Colin Farrell, Noomi Rapace, Dominic Cooper, Terrence Howard, Armand Assante, Isabelle Huppert, Raymond Mamrak, Raw Leiba

Guión: J.H. Wyman

Duración: 110′

Género: Thriller

Estreno: 24/05/2013

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 0

Acción: 3

Amor: 0

Violencia: 3

Sexo: 1

Crítica:

El sueco Niels Arden Oplev, director de Los hombres que no amaban a las mujeres, entrega un thriller oscuro, que retrata unos personajes de vidas tristes, desesperanzadas, que chapotean en un pasado tan lleno de dolor que les ha llevado a tener un sólo móvil existencial: la venganza. El guión, confuso al inicio, acaba desarrollándose con lógica razonable, y entretiene lo justo, pero lo cierto es que el punto fuerte de Oplev no es narrar historias, sino darles un aire siniestro y malsano. Parte de las carencias argumentales de Dead Man Down (La venganza del hombre muerto)las tiene sin duda un libreto incompleto, al que hay que dar mucho por supuesto. El conjunto tiene un aire desordenado, donde lo mejor es la atmósfera desasosegante y el violento desenlace, aunque resulte increíble.

Es curioso además que pese a la carga emotiva que se le presupone a la historia, Dead Man Down (La venganza del hombre muerto) es paradójicamente una película a la que le falta alma. No llegan al espectador los sentimientos de los heridos personajes, su humanidad se ve pero no se siente, porque lo único que parece haber es odio y rencor. Por eso no resultan creíbles algunas de sus reacciones, aunque quizá se deba simplemente a la falta de química entre los protagonistas, unColin Farrell cada vez más estereotipado y una ambigua Noomi Rapace que ya trabajó a las órdenes de Oplev interpretando a la Lisbeth Salander creada por el escritor Stieg Larsson.

 


Fuente: www.taconline.net; www.decine21.com