El titular es solo una llamada de atención sobre un texto más amplio que enriquece, profundiza y matiza la información
- FUENTE: Charo Sádaba – Defensora del lector ABC
Es posible percibir en la sociedad actual un interés creciente por los hallazgos científicos, en los que parecemos poner todas las esperanzas respecto al futuro. Esto hace que en ocasiones aplaudamos descubrimientos que son únicamente promesas y que requerirán muchos años e inversión para probarse y, tal vez, convertirse en realidad. Esto ha pasado con la presentación de los resultados del trabajo de dos equipos de investigadores en Reino Unido y EE.UU. que han desarrollado en un laboratorio «estructuras similares a los embriones» que, eventual e hipotéticamente, podrían permitir la reproducción sin el concurso de los seres humanos. Para saber si esto es posible, sería necesario que uno de estos embriones se implantara en un útero humano, cosa que todavía no ha sucedido, y que no ha dado resultados positivos en el caso de experimentos previos con animales.
Ha sido la publicación de esta noticia, y en concreto su titular, lo que ha suscitado el enfado de la lectora Patricia Pisonero, que denuncia la «falta de rigurosidad» que implica referirse a estos embriones como humanos. La noticia también se replicó en la versión impresa del diario el día 16 de junio, aunque en este caso el titular rezaba: «Los primeros embriones humanos sintéticos agitan el debate ético». Esta expresión fue la utilizada por la mayor parte de los medios que se hicieron eco de la noticia.
Nuria Ramírez de Castro, redactora jefe de Sociedad, no se sorprende de que el titular haya causado alguna queja, ya que es muy consciente de que el uso del término ‘embrión’ interpela de manera particular la sensibilidad de los lectores. Cosa que no sucede, explica, cuando una noticia da cuenta, por ejemplo, de que en un laboratorio se ha generado artificialmente un riñón o un cerebro humano. Tanto la particular atención de los lectores a este asunto como la respuesta de la redactora jefe ponen de manifiesto que las líneas rojas en estas cuestiones de bioética están identificadas, lo que no deja de ser una muy buena noticia para el periódico. No en vano, el titular en la edición impresa señala precisamente el debate ético que implica este hallazgo científico.
La función del titular es resaltar los elementos más relevantes de la noticia y hacerlo de manera sucinta. Ramírez de Castro comenta que «en un titular no caben los matices» que sí se dan, y con gran detalle y profusión, en el cuerpo de la noticia, que en este caso recibió un tratamiento detallado y extenso. Si además se trata de una información de ciencia en un diario generalista, es preciso huir de términos técnicos que pueden generar confusión en el lector como ‘embrioide’, sigue explicando la redactora jefe, que sin duda sería el concepto más preciso para referirse a esta realidad.
Estamos en un contexto donde con frecuencia se abusa de titulares llamativos para atraer la atención de los lectores, que, conscientes de esta técnica, en muchas ocasiones no leen la noticia completa que ya han juzgado negativamente solo por la exageración que perciben en el título. En este caso, la propia Ramírez de Castro defiende la seriedad del trabajo de su equipo, consciente de que habitualmente intenta rebajar el tono de los titulares precisamente para mitigar este efecto. La única duda que se plantea es si hubiera sido mejor entrecomillar ‘humano’, aunque piensa que sería redundante, ya que en ambas versiones el titular pone de manifiesto el carácter artificial de este desarrollo científico, en un caso con el adjetivo ‘sintético’, y en el otro al especificar que se trata de un embrión humano «sin óvulos ni esperma». Pienso que en este caso la duda es razonable y, quizá, las comillas hubieran hecho patente una posición más ajustada al periódico y a sus lectores.
Titular es, probablemente, una labor de artesanía periodística que requiere de un ejercicio prudente y responsable por parte del profesional. El lector también debería recordar que el titular es solo una llamada de atención sobre un texto más amplio que enriquece, profundiza y matiza la información. Ojalá las prisas y la instantaneidad de las redes sociales no nos impidan reconocer la complejidad de la información científica que requiere de un poco de pausa para ser bien explicada y comprendida.