The Artist (2011)

 

Lo que el sonido se llevó

Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo, sus películas son garantía de entretenimiento y una máquina de ganar dinero. Lo que no impide que viva en un matrimonio infeliz. Conocerá a Peppy Miller, una joven con deseos de triunfar en la pantalla, y a la que echa un pequeño cable. La llegada del sonido para las películas supondrá el declive de Valentin, mientras que Miller alcanza la cumbre del éxito. Aunque ella trata de ayudar al otro, existe una dificultad difícil de salvar, su orgullo, que le hace despreciar el cine hablado y cualquier gesto de compasión de los otros.

Asombrosa y genial film de Michel Hazanavicius, cuya carrera hasta la fecha no era especialmente brillante, lo más destacado era la saga de espías OSS 117. Aquí ha tomado la opción radical de entregar una película muda a la antigua usanza, lo que incluye formato de pantalla 4:3, rótulos como los de antaño, acompañamiento de orquesta, gesticulación exagerada de los actores para remarcar su estado anímico… También el recurso al montaje paralelo o los ángulos al más puro estilo expresionista.

Pero Hazanavicius no se limita a rodar una película que pudiera creerse que fue hecha en la etapa del cine mudo, sino que juega a que el espectador advierta lo que se ha quedado en el camino debido a los avances técnicos, y lo que supuso la introducción de las películas habladas en determinados actores, idea que estaba presente en clásicos como Cantando bajo la lluvia y El crepúsculo de los dioses, que son citados muy sutilmente. De modo que hay recursos geniales, en que el sonido puede aparecer inesperadamente, o en que un determinado ruido expresado en un rótulo puede ser un original hallazgo para sorprender al espectador.

A los que atacan determinadas películas tachándolas de maniqueas, no se sabe cómo calificarán un film que sabe a obra maestra casi desde su arranque. Porque la película no deja de ser un cuento moral, con aire de folletín, donde hay espacio para las risas, las lágrimas y el amor, y en que se fustiga la soberbia y se alaba el amor desinteresado, que puede detectarse en la sensible Peppy, pero también en un simpático y fiel perrillo que es una de las figuras de la película. Hazanavicius ha hecho un casting perfecto, los actores parecen en efecto de finales de la década de los 20 y principios de los 30. Bérénice Bejo es de una belleza y bondad arrebatadoras, y Jean Dujardin atrapa todos los matices de quien cae desde lo más alto hasta el abismo.