Siete días de mayo (1964)

Ruido de sables

Ruido de sables

Notable relato político, donde se plantea que un grupo de militares, desencantados por cómo se están haciendo las cosas en el país y por el temor a que los soviéticos acaben por tomar el control de la situación, organicen un golpe de estado en Estados Unidos. Para ello han creado en secreto una base de operaciones en Texas, y el general Scott ha programado la toma de todo el control para dentro de siete días. Es el tiempo que tiene el actual presidente del país para evitarlo.

Rodada en plena guerra fría, la cinta está basada en la novela de Fletcher Knebel y Charles W. Bailey II, y narrada en clave de trepidante suspense por parte de un especialista en el tema como es John Frankenheimer (recuérdese su memorable El mensajero del miedo (1962)). Todas las gestiones y entrevistas con altos mandos militares para confirmar lo que parece estar ocurriendo se sirven con gran habilidad, a lo que ayuda la partitura de Jerry Goldsmith.

Cuenta con un reparto de lujo, donde sobresale el trío protagonista: Kirk Douglas inusualmente serio como militar que destapa la conspiración; Burt Lancaster como el general que se cree investido para salvar a su país con un golpe de mano; y Fredric March como el presidente cuyo mandato es cuestionado y que se erigen en firme defenso de la constitución. Pero también están bien los secundarios, como Ava Gardner y Edmond O’Brien, éste nominado al Oscar, al igual que la dirección artística de Cary Odell y Edward G. Boyle.