Cuerpo y alma (1947)

El boxeador

Robert Rossen es probablemente el mayor experto en retratar personajes marginales y perdedores. El director de las magistrales El buscavidas y El político firma en esta ocasión la historia de un joven de origen humilde que entra en el mundo del boxeo y, poco a poco, coincidiendo con sus victorias, va perdiendo sus propios principios éticos, por lo que, incluso, acepta ser derrotado a cambio de dinero.

Entre el drama, el cine deportivo y el cine negro, Cuerpo y alma es una magnífica muestra del ojo poético de Rossen, acentuado con esmero por la gran fotografía de James Wong Howe. El espléndido guión lo firma Abraham Polonsky y las sufrientes interpretaciones de John Garfield (El cartero siempre llama dos veces) y Lilli Palmer son perfectas.