Angélique es una mujer muy tímida que se dedica a la elaboración de chocolates y acude a pequeñas sesiones en grupo en las que trata de superar sus dificultades de relación. Días después de perder su empleo, se entrevista con el dueño de una pequeña factoría de chocolate, Jean-Rene, quien comparte con Angélique un carácter extremadamente introvertido. Entre ambos surgirá una peculiar relación constantemente marcada y obstaculizada por su común problema.

 

 

 

Director: Jean-Pierre Améris

Intérpretes: Isabelle Carré, Benoît Poelvoorde, Lorella Cravotta, Lise Lametrie, Swann Arlaud

Guión: Delphine Régnier-Cavero, Philippe Blasband, Jean-Pierre Améris

Duración: 81′

Género: Comedia, Romántica

Estreno: 28/10/2011

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 3

Acción: 0

Amor: 1

Violencia: 0

Sexo: 2

Crítica:

Comedia romántica bastante convencional en la que las pequeñas novedades y dosis de originalidad son aportadas por las singulares personalidades de sus personajes principales, gracias a las cuales el film consigue arrancar de forma prometedora y divertida. Sin embargo, la timidez de los protagonistas no consigue aguantar los arreones iniciales y los argumentos cómicos del film acaban convirtiéndose en una serie de recursos que se agotan a medida que son repetidos y reutilizados.

El director Jean-Pierre Améris abordó Tímidos anónimos como un proyecto muy personal, inspirándose en sus propias experiencias, gracias a lo cual consigue presentar decentemente conceptos y reacciones relacionados con la hiperemotividad, la timidez y los miedos al contacto personal, pero no consigue exprimir todas las posibilidades que ofrecen tanto a nivel narrativo como humorístico, ni a una pareja de actores capaces de personalizar con gracia y eficacia todas esas nociones.

Aún así, la película puede resultar simpática a ratos y su reducida duración no la hace pesada. Además, desprende mayor delicadeza y sensibilidad que las frecuentes muestras del género, aunque en algún momento no sabe evitar la simpleza ni el habitual acomodamiento en el sentimentalismo más fácil.

 

 

Fuente: Juan Xipell (www.taconline.net)