Ficha: 115 min. | Acción | Cómic | Fantástico Público apropiado: Jóvenes Año: 2016 País: EE.UU. Dirección: Scott Derrickson Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Rachel McAdams, Tilda Swinton, Mads Mikkelsen, Chiwetel Ejiofor, Scott Adkins, Michael Stuhlbarg, Benedict Wong, Benjamin Bratt El doctor Stephen Strange es un afamado neurocirujano asentado en Nueva York, cuyas manos obran algo parecido al milagro a la hora de acometer delicadas operaciones en el cerebro de sus pacientes. Con un ego bastante subido, sólo vive para el trabajo, pero su mundo va a venirse abajo cuando sufre un terrible accidente de automóvil: aunque salva la vida, sus manos han sufrido múltiples lesiones, y conservan un temblor que no parece fácil que desaparezca. A pesar de su empeño en recuperarse con rehabilitación, los avances son lentos, y se convierte en un tipo amargado. Hasta que se entera de la recuperación de quien debía ser un tetrapléjico, un tal Pangborn, quien le explica que ha sido gracias a la sabiduría ancestral de una mujer conocida como la Anciana. Aunque escéptico, Stephen viaja a Nepal, y aprenderá que existen unos conocimientos diferentes a la ciencia en la que siempre ha confiado. De modo que se empapa de misticismo, y de la existencia de multiversos, universos paralelos, hasta el punto de que encuentra un nuevo sentido a su vida, hay otras metas y posibilidades para ayudar a los demás más allá de la mesa de operaciones del hospital. Adaptación de las andanzas del personaje de cómic, creado por Steve Ditko en 1963. Aunque no es de los más populares, parece claro que Walt Disney pretende sacar el máximo partido a la amplia galería de personajes de superhéroes de cuyos derechos es propietaria tras la compra de Marvel en 2009. La idea aquí es entregar aventuras con un componente mágico, y de este modo explorar nuevos terrenos frente a las tramas de los típicos superhéroes con su superpoder correspondiente, los grupetes de superhéroes, u otras recientes vías “innovadoras” que incluyen el cine negro (Jessica Jones y compañía) o la parodia (Deadpool). De modo que se presenta el conflicto fe-razón, para lo que parece muy adecuada la elección del director, Scott Derrickson (que brilló en la cinta sobre posesión diabólica El exorcismo de Emily Rose), que es también uno de los autores del guión. Además se incide en la egolatría inicial del protagonista (el eficaz Benedict Cumberbatch), que recibe la correspondiente cura de humildad, a la que contribuyen primero su compañera de hospital Christine Palmer (Rachel McAdams), y luego sus compañeros de aprendizaje (la Anciana a la que da vida Tilda Swinton), más Mordo (Chiwetel Ejiofor) y Wong (Benedict Wong). Los efectos visuales están muy cuidados, con esos edificios que se pliegan y la dinámica acción con las peleas de rigor, deudores de títulos como Origen y Matrix. Y aunque puede agotar la pirotecnia digital, que a veces resulta excesiva, los conflictos aligerados con dosis de humor bien calculadas, hacen que el visionado del film sea en líneas generales altamente disfrutable. Quizá el villano de Mads Mikkelsen sea demasiado hierático, pero en fin, tiene su lado medianamente inquietante, y da pie a un clímax bucle la mar de ingenioso. Firma: José María Aresté