La MS1 es una prisión experimental en el espacio que orbita a 50 millas de la Tierra. En ella, los 500 criminales más peligrosos del planeta se encuentran retenidos en un estado de letargo inducido. A la cabeza de una misión humanitaria, la hija del presidente de los Estados Unidos, Emilie Warnock, llega a bordo de la prisión justo antes del estallido de un motín. Emilie y los trabajadores de la MS1 son tomados como rehenes por los violentos internos. El presidente Warnock decide enviar, entonces, al agente Snow, un convicto encerrado por conspiración y espionaje, a la MS1 con la misión de salvar a Emilie a toda costa.

 

 

 

Director: James Mather, Stephen St. Leger

Intérpretes: Guy Pearce, Maggie Grace, Peter Stormare, Tom Hollander, Joseph Gilgun

Guión: James Mather, Stephen St. Leger, Luc Besson

Duración: 95′

Género: Acción

Estreno DVD: 17/10/2012

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 2

Acción: 4

Amor: 0

Violencia: 4

Sexo: 0

Crítica:

Thriller futurista que llega de la mano de Luc Besson, especialista en dirigir (Nikita, León, el profesional, El quinto elemento) y producir (Venganza,Transporter) cintas de acción con un reconocible y personal estilo. En esta ocasión, ha colaborado en el guión y producción del primer largometraje de los irlandeses James Mather y Stephen St. Leger, coautores de diversos cortos y trabajos publicitarios desde que se conocieron hace veinte años en la escuela de cine de Dublín.

La película ofrece lo justo para ganar adeptos, únicamente, entre los amantes más incondicionales de su género. Mather y Leger se olvidan por completo de dotar de cierta personalidad a un film con una inacabable lista de referentes (más allá del universo Besson), a los que imita, unas veces con descaro y, otras, con cierta voluntad de homenaje, pero siempre con un resultado poco novedoso y satisfactorio para el espectador que desee amortizar medianamente su entrada.

Guy Pearce encauza a su personaje hacia una combinación bastante pobre entre el «Snake» de 1997: Rescate en Nueva York y el John McClane deJungla de cristal, en un guión que agota la ironía poco trabajada y cuya desenfadada voluntad de tomarse a sí mismo poco en serio parece una solución más inevitable que premeditada.

 

 

Fuente: Juan Xipell ( www.taconline.net)