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La película narra la historia de Tobey Marshall, un mecánico que pilota muscle cars (coches clásicos de gran cilindrada) en circuitos callejeros. Sin embargo, es detenido y enviado a prisión cuando su mejor amigo es asesinado en una carrera. Al salir de la cárcel Marshall buscará venganza.

Director: Scott Waugh

Intérpretes: Aaron Paul, Dominic Cooper, Michael Keaton, Imogen Poots

Guión: George Gatins, John Gatins, George Nolfi

Duración: 130′

Género: Acción, Aventuras, Deportivo

Estreno DVD: 23/07/2014

Público: +16

Valoración: **

Contenidos (de 0 a 6):

Humor: 2

Acción: 5

Amor: 0

Violencia: 2

Sexo: 1

Crítica:

Las películas basadas en videojuegos no suelen funcionar y Need for speed no es una excepción. Hay que admitir que no se trata de una película pésima ni mal hecha, pero el argumento se queda muy corto y los personajes necesitan más profundidad para transmitir algún mensaje.

Sin embargo, los fans del videojuego y los amantes de la gasolina y la velocidad están de enhorabuena, pues los coches y las carreras callejeras son espectaculares. Puede que el trago sea agridulce, ya que se había hablado mucho de que podría llegar a ser la nueva franquicia de coches tomando el relevo de la ya caduca Fast and Furious, en la que los coches son un ‘extra’. Pero Need for speed no tiene el brillo y el carisma que muchos esperaban se ha quedado en intento.

El director Scott Waugh (Acto de valor) no ha logrado un gran trabajo con los actores, aunque a su favor hay que admitir que el guión no aporta nada que le ayude a demostrar su profesionalidad. Y es que el libreto es mediocre, a pesar de que se esperaba mucho más, dado que está escrito por tres personas: George Gatins, John Gatins (Flight) y George Nolfi (El ultimátum de Bourne). Entre los tres han creado una historia frívola con unas tramas predecibles, donde la gasolina del protagonista es la venganza. Suerte que uno de los puntos fuertes de Waugh son las carreras, los efectos especiales y sabe despertar la adrenalina del espectador en los momentos clave.

Entre carrera y carrera la historia se hace larga y tediosa, mientras que el protagonista Aaron Paul (Breaking Bad) firma una buena actuación aunque a su personaje le falta profundidad. Le acompaña Imogen Potts (28 semanas después) con un papel secundario de rubia florero, que resulta más problemático que resolutivo. En el rol de malo malote Dino Brewster (Dominic Cooper), un malo que debería leerse el artículo “100 cosas que no haría si fuese señor del mal”, porque sus errores son de patio de colegio. Otro peso pesado del mundo del cine que pasa sin brillo ni gloria es Mikael Keaton, que organiza la súper carrera final, la DeLeon.

Aunque la película no aporte ningún valor positivo, hay que admitir que los amantes de la velocidad y los coches disfrutarán en la gran pantalla al ver vehículos de la talla del McLaren P1, Saleen S7, Lamborgini Sesto Elemento, Koenigsegg Agera, Bugatti Veyron o Ford Mustang, entre otros. Todos ellos compitiendo entre sí, quemando rueda, con adelantamientos imposibles, choques, explosiones… adrenalina en estado puro.

Fuente:  Josep Alegret (www.taconline.net)