Internet está lleno de información. Nunca nadie en la historia compartió tanto con tanta gente. Incluidos los bulos. Cada semana tenemos nuestra ración de bulos de internet y por una cuestión estadística es imposible que no hayamos creído (y compartido) alguno. Personalmente no comparto visiones negativas sobre el ser humano, no creo que quien comparte bulos por redes sea un estúpido ni un ignorante ni le presupongo mala fe.
El ser humano es ese animal con capacidades limitadas que ha logrado cosas increíbles.
Aquí va un lista de motivos por los que creo que la gente comparte (compartimos) bulos.
Motivos sociales.
-Somos animales sociales,. Si todo el mundo publica el bulo en Facebook… ¡mis compañeros de tribu no pueden estar equivocados! Y si lo están… ¿para qué atreverme a salir del confort del consenso social?

-Ganar relevancia social. Muchos bulos tienen contenido social o son “curiosidades” divertidas. Con un par de clicks podemos demostrar que somos personas comprometidas con el grupo y sus preocupaciones o personas que aportan humor y cosas graciosas. Mejoramos nuestra imagen social con poco coste.

-Nuestro grupo social nos lo refuerza. La homofilia es la tendencia a que personas parecidas establezcan relaciones entre si. Las cosas que compartes en tu red social, se verán reforzadas

Motivos personales.
-Mantener la consistencia con nuestro sistema de actitudes y creencias. La mayoría de bulos confirman nuestras teorías ingenuas o nuestro sistema de valores. Caemos en el sesgo de confirmación, favorecemos la información que confirma en vez de la que nos niega.

-La mayoría de cosas que conocemos no son de nuestra especialidad, es más fácil caer en el bulo si el tema que trata no es de nuestro campo. Evaluamos información por “vías periféricas” sensibles a detalles poco importantes como la apariencia del orador o la tipografía en que está escrito el texto. Le asignamos credibilidad por detalles casi imperceptibles.

-Pensar rápido. Al hilo del anterior, la mayoría de cosas que pasan por nuestra mente las procesamos “rápido”, sin esfuerzo, aplicando fórmulas conocidas, sin fijarnos el resultado.
Porque si bien a algunos nos escandaliza que se compartan bulos ,en especial si son temas que controlamos, a otros no les preocupa lo mismo que nosotros.

-Una vez iniciado un viaje largo, es difícil dar la vuelta atrás. No será la primera vez que presentamos pruebas de que algo es un bulo a alguien y este se resiste a convencerse. La ciencia de la persuasión nos ha enseñado que es mejor que explique el otro hasta el último detalle de su historia que llenarle nosotros la cabeza de “hechos”. No hay que olvidar que cuando se defiende una causa, existe el “sunk-cost” y nadie quiere perder lo invertido aun que la causa esté muerta y solo traiga cada vez más perdidas.

Hasta aquí las explicaciones, si me preguntáis por soluciones la cosa se pone complicada. Es difícil luchar con el primate de la sabana con conexión ADSL y “feed” con cientos de noticias por minuto. Nuestras capacidades cognitivas son asombrosas pero a veces, hacen aguas. En efecto sufrimos ceguera ente ante la evidencia. Se me ocurre que tal vez…
Soluciones (?)
-Intentemos pensar más como un juez y menos como un abogado defensor. Recordar que la carga de la prueba la debe aportar el que afirma y que todo es un bulo hasta que se demuestre lo contrario.

-Ante la certeza, duda. Ante la duda reflexiona, ante la reflexión busca pruebas en contra de tu argumento no a favor. No cimentemos nuestra ignorancia con falsas certezas.

-Tener diversidad en las fuentes de información que consultamos. Se dice que un grupo de tontos variados suele ser más listo que un grupo de listos homogéneos.

-Siempre queda la recomendación básica, haz los números y usa el sentido común para descartar las chorradas. Usar cuentas básicas para evaluar si los números tienen un mínimo de sentido. Como ejemplo, el bulo de las 70.000 llamadas…
que es un bulo de internet
La verdad está ahí fuera, pero el bulo también.

Fuente:Guido Corradi http://conductual.es/por-que-consumimos-bulos/