Esta serie francesa ha conseguido una repercusión internacional gracias a una mezcla muy particular de terror, comedia negra y drama adolescente-sobrenatural-psicológico. Sin embargo, a pesar de la presión de sus múltiples seguidores en redes sociales para que la serie continuase, Netflix ha decidido cancelarla tras la primera temporada.

En 8 capítulos hay un número inagotable de giros para que el espectador no pierda el interés. También hay un casting muy acertado de actores jóvenes que tienen carisma y química entre ellos. Pero el trasiego de géneros acaba por desconcertar y distanciar en una historia en que da la sensación que puede pasar cualquier cosa porque lo importantes es el juego, no la coherencia, la verosimilitud o la armonía.

No se puede negar que los guionistas Samuel Bordin y Quoc Dang Tran, que hasta ahora habían escrito cortometraje y series minoritarias, han dado un gigante paso al frente como creadores de atmósferas y escenas terroríficas. Con su talento pueden llegar a ofrecer una gran ficción televisiva terrorífica en el futuro. Es cuestión de no confundir creatividad con caos, pulir los efectismos y eliminar, o al menos disfrazar un poco, los múltiples lugares comunes que han terminado por matar a Marianne.

Firma: Claudio Sánchez